Ernesto Emilio Ramón Etchart vivió en los últimos años como ingeniero civil. Militar retirado del Ejército, vivía solo, en una casa aparentemente prestada en Ushuaia, sobre la calle Costa de los Yámanas, a pocos metros del Canal de Beagle. No tenía residencia en la ciudad. Y cuando lo detuvieron el jueves 26 de mayo, dicen que dijo que estaba allí desde hacía dos años y que vivía como ingeniero de obra trasladándose de lugar en lugar por distintas provincias.
En 1976, Etchart integraba el Batallón de Comunicaciones 181 del V Cuerpo del Ejército con asiento en Bahía Blanca. Tenía grado de subteniente y rol de jefe de sección. El Batallón de Comunicaciones era el cerebro operativo de la represión sobre el área 511, con despliegue territorial desde Carmen de Patagones en el límite con Rio Negro hasta Tres Arroyos. Uno de los edificios tenía un centro clandestino armado en lo había sido un gimnasio, por donde pasaban de cuarenta a cincuenta prisioneros de manera simultánea antes de ser traslados a otro centro de detención o liberados.
“El Gimnasio –donde permaneció cautiva la mayoría de las víctimas– era un espacio amplio, en el primer piso de uno de los edificios de la sede, que contaba con una gran cantidad de camas cuchetas. Los secuestrados eran mantenidos aislados e incomunicados del exterior, bajo la custodia de personal militar armado. Muchas de las víctimas refirieron haber permanecido tabicadas y esposadas durante el cautiverio”, señala la investigación fiscal.
El Batallón tenía la estructura compuesta de compañías, secciones y grupos antiguerrillas, con despliegue en el centro de la ciudad y rastrillajes en las poblaciones más alejadas. Etchart era jefe de sección de la compañía comunicaciones y comando, pero fue identificado en la represión.
En septiembre de 1976, participó de una amplia operación sobre distintas localidades del partido de Villarino en la que fueron secuestrados trabajadores, productores rurales, integrantes de la Federación Agraria y militantes del Partido Comunista. Los subtenientes como Etchart daban órdenes a suboficiales y a colimbas. Uno de los colimbas lo ubicó en ese operativo.
En 2013, la fiscalía federal de Bahía Blanca le imputó torturas y secuestros sobre 16 víctimas, entre ellas ejercicio de violencia sexual contra una mujer. El Juzgado Federal N° 1 de esa ciudad rechazó inicialmente la imputación pero la Cámara Federal revocó la decisión y ordenó detención, aunque para entonces ya era enero de 2015. Cuatro meses más tarde, el mismo juez analizó las pruebas y volvió a revocar la detención y la sustituyó por una simple citación a indagatoria. Etchart nunca compareció: desde ese 2015 y hasta 2019, la Justicia buscó constatar una dirección real sin resultado para que se presente a declarar. Recién en 2019, la justicia ordenó el pedido de detención. Y en febrero de 2021, Etchart fue declarado en rebeldía. Eso permitió la detención.
“Es cuestionable que durante cuatro años la tarea haya sido buscar un domicilio para citarlo, en lugar de ordenar la detención”, dice Pablo Fermento, auxiliar de la fiscalía federal de Bahía Blanca.
Del Talar a Ushuaia
En Tierra del Fuego, nadie reveló la identidad. Según datos de los investigadores, la Policía Federal lo encontró a raíz del consumo de tarjeta de crédito y llamadas de teléfono. “Evidentemente habrá llegado escapando de su situación judicial. No ofreció resistencia a los policías”, agregaron.
Hasta la orden de rebeldía de 2021, el juzgado lo buscó en Provincia de Buenos Aires a partir de un número de teléfono. Etchart había estado en El Talar pero cuando llegaron ya no estaba. “La División Operativa Central de Policía Federal Argentina informó que de las diligencias realizadas surge que el número pertenece al imputado y que se encuentra registrado en el domicilio de la calle España (…) de la localidad de El Talar, en el que se halla emplazada la empresa constructora Enobra S.A. donde se informó que el imputado no prestaba servicios para dicho establecimiento desde hacía un año y que estaría viviendo en la provincia de Tierra del Fuego”. Así llegaron a Tierra del Fuego. Preguntaron a la moradora de una casa y supieron que era “el administrador del complejo”.
Finalmente, quedó detenido el jueves 26 de mayo. Al día siguiente declaró de manera remota ante el juez federal de Bahía Blanca, Walter López Silva. Y el lunes lo trasladaron a Bahía Blanca. En este momento, Etchart debería ser parte del juicio que se lleva a cabo en Bahía Blanca a 37 imputados por crímenes sobre 334 víctimas, uno de cuyos ejes es el Batallón de Comunicaciones 181. Entre las víctimas está el grupo de Villarino.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/425735-un-profugo-en-el-fin-del-mundo
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