El edificio del hotel Bauen, donde durante 17 años la cooperativa de trabajadores lo autogestionó, representa para dirigentes políticos, sindicales y representantes de la cultura un espacio emblemático de lucha y resistencia. La experiencia de estos trabajadores representa un ejemplo de lo que son las empresas recuperadas que proliferaron luego del desastre económico y social que provocó la crisis de 2001. La noticia generó tristeza por lo que significa tener que dejar ese espacio por el cual se peleó durante tantos años, con cenas, actos y recitales en vivo, provocó un sinnúmero de expresiones de solidaridad, cariño y la convicción de que la cooperativa no desaparecerá, sino que le queda un largo camino por delante. Página/12 habló con varias figuras que pasaron en estos años por el Hotel Bauen y todas coincidieron en definirlo de una manera: un punto de encuentro.
“Nuestras luchas están impregnadas de la historia del Bauen porque fue en esa sede donde se reunían los organismos de Derechos Humanos, el movimiento de mujeres y nosotros realizábamos los congresos de la CTA. Y lo era también porque allí fue donde se expresó el movimiento de empresas recuperadas que tanto debería enorgullecer a los argentinos”, destacó el diputado nacional y secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Hugo Yasky. El Bauen, en efecto, fue un punto de reunión emblemático para todo tipo de actividades sociales, políticas y culturales. Allí realizaron sus conferencias de prensa las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, tocaba recitales en vivo León Gieco, daba charlas el ex presidente Evo Morales y convocaba a los medios para hacer anuncios el colectivo de Actrices Argentinas.
“Los compañeros del Bauen son personas estupendas, han mostrado un cariño y una deferencia con las Madres que ni te cuento. Imaginate que teníamos una habitación permanente en el hotel ya fuera para una madre que venía del interior a quedarse en la ciudad o por ahí para nosotras mismas, que íbamos para ahí y después se nos hacía tarde”, recuerda la integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Taty Almeida, quien, junto a varias otras referentas de los organismos de Derechos Humanos participó de gran parte de las jornadas de lucha del Bauen ante las numerosas amenazas de desalojo. Lo que Taty más recuerda del hotel, sin embargo, no son las conferencias de prensa de Madres y Abuelas, sino que allí fue donde celebró su cumpleaños número 80: “Eramos como 300 personas y lo armaron todo divino. Tengo un recuerdo estupendo de todos ellos”, se ríe y cuenta que, cuando se enteró de que iban a cerrar el hotel, lo llamó a Federico Tonarelli, vicepresidente de la cooperativa, y le dijo “Apenas encuentren un lugar, ¡cómo lo vamos a inaugurar!”.
“Todos las primera reuniones, los primeros festivales, los primeros encuentros de solidaridad los hacíamos ahí. Porque eso era el Bauen: un lugar de encuentro para la izquierda. El Bauen se terminó convirtiendo en un símbolo de reunión, reunión en el sentido de asamblea. Si querías entablar una pelea o un debate ibas al Bauen. Me acuerdo cuando despareció Julio López, y tuvimos que salir a contarle a la sociedad que estaba desaparecido, las conferencias las hacíamos ahí”, rememora, por su parte, la legisladora del Frente de Izquierda Myriam Bregman, y afirma: “Todas las luchas que encaramos los últimos años las hacíamos en el Bauen, que lo cierren es un golpe muy duro”.
“Son un ejemplo de cómo los trabajadores y trabajadoras no bajan los brazos ante la crisis y no se resignan a los despidos, si no que ponen todas sus fuerzas para recuperar los puestos de trabajo. Pero los últimos años no fueron nada fáciles, si bien todo el proceso se hizo con lucha y enfrentando desalojos, el macrismo fue el golpe final. Los últimos cuatro años de gobierno de Mauricio Macri con los tarifazos implicaron un duro golpe que dejó a todas las fábricas en una situación límite”, relata Bregman. En efecto, ya desde el 2018 el Bauen venía con problemas y la pandemia fue el revés final. “Hablé con Federico cuando nos enteramos del cierre y me dijo que el edificio estaba triplemente ahogado porque hacían gastronomía, hotelería y espectáculos, ya que la pandemia les impedía hacer esas tres cosas. Y la verdad que cuando me enteré me dejó un sabor amargo por lo simbólico de todo”, cuenta el secretario gremial de CTERA y secretario general adjunto de UTE, Eduardo López. “Ellos tenían un gran compromiso con la lucha por la educación pública. Recuerdo que mi primer acto a cargo de la Secretaría General, allá por el 2009, lo hice en el Bauen. Ellos me facilitaron gratuitamente el salón para 300 personas, algo que era imposible para pagar desde el gremio. Eso eran. De ahí siempre los acompañé, son un símbolo”, aseguró.
A pesar de las despedidas, la mayoría confía en que el Bauen reabrirá la cooperativa en otro lado. Según comentó López, desde la CTA ya le ofrecieron su edificio en la calle Entre Ríos, pero la cooperativa está recibiendo tantas ofertas que aún no se sabe en dónde se instalará. “Los compañeros están peleando la continuidad. El día que el Bauen cierre la persiana para abrirla en otro lugar tendremos que celebrarlo con un acto con todos los trabajadores aplaudiendo”, propuso Yasky.
Informe: María Cafferata
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/297630-un-espacio-de-lucha-y-encuentro