“¿Sos algo de un Mazzuchelli que era profesor en la Escuela Normal Superior 7?”, le preguntó Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, a María José Luján, hija de un trabajador del PAMI desaparecido durante la última dictadura, que acaba de ser designada como empleada en el organismo
. Después de llamar a su tía, hermana de su mamá asesinada en el ‘76, María José le respondió: “Sí, Taty, era mi abuelo”. “Entonces tenemos mucho para charlar porque a mis 20 años le regalé a tu mamá un ajuar”, le contó Taty, emocionada. Y agregó con lágrimas en los ojos: “A mí no me pasan casualidades, me pasan causalidades”.
La curiosidad, dice Taty Almeida, surgió cuando llegó a su casa luego del acto en el PAMI al que asistió junto al secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, y se puso a mirar unos papeles que le entregaron con la historia de los padres asesinados de la chica. Allí vio el nombre de la madre de María José: María Cristina Mazzuchelli y enseguida vinieron muchos recuerdos a su cabeza, explicó a PáginaI12.
Mazzuchelli era también el apellido de un profesor, muy querido por la Madre de Plaza de Mayo, que le había dado clases de la materia Anatomía e Higiene cuando Almeida estudiaba para maestra y tenía 20 años. En 1951, “cuando nos enteramos que la mujer de nuestro profesor quedó embarazada, les dije a mis compañeras: che, vamos a regalarle un ajuar para la beba que va a nacer’”.
Lo que en ese momento no podía saber Taty es que esa beba que recibió el ajuar, la sexta hija de su profesor, sería en 1976 una joven de 26 años a la que asesinaría el Batallón 601. “Yo, una futura Madre de Plaza de Mayo, le regalé el ajuar a una, desgraciadamente, futura detenida desaparecida”, dice y confiesa: “Me corre un escalofrío por la espalda”.
“Es como si existiera un círculo en el que pareciera que todos nos
unimos”, reflexiona María José Luján,, sobre la casualidad que fue posible descubrir
gracias a la memoria de Taty Almeida, que está próxima a cumplir 90
años.
“Leonardo Elías Mazzuchelli. Así era el nombre completo de mi abuelo”, lo recuerda su nieta. “Se recibió de veterinario seguramente en la época en la que le daba clases a Taty y después estudió Odontología, carrera que terminó ya teniendo seis hijos”, explica Luján que, de a poco, va reconstruyendo la historia que le acaba de contar su tía como si tratara de unir las piezas de un rompecabezas. “La beba que recuerda Taty era mi mamá, la más chica”, exclama, todavía sin salir de su asombro. “Además de decirme lo del ajuar –agrega–, Taty prometió que iba a contarme más anécdotas de mi abuelo.”
Después del acto en el PAMI, Almeida se fue de vacaciones un par de semanas y Luján la espera en Capital Federal, ansiosa por saber más cosas de su abuelo materno. Ella no recuerda mucho de Leonardo porque cuando él falleció, por un cáncer de laringe, tenía tan solo seis años y los recuerdos que le quedaron son difusos. “Sólo recuerdo su voz que, para una nena tan chica, sonaba un poco rara porque le habían realizado una traqueotomía por su enfermedad”, piensa en voz alta. Y agrega, contenta, que después de la pregunta que le hizo Taty, su tía le contó, además de que daba clases en el Normal 7, que Leonardo era un hombre “muy buen mozo”.
Para María José, “las Madres y Abuelas significan todo”. Su abuela paterna, con quien ella se crió, era militante de Madres de Plaza de Mayo-Córdoba. “Recuerdo ser chiquita y que ella se vaya un día a la semana a marchar a la plaza”, cuenta. Dice que si bien sus dos abuelas ya fallecieron –una a los 90 y otra a los 102 años– siente que ambas “se prolongan en Hebe (Bonafini), Estela (Carlotto), Taty y en todas ellas”.
“Simbólico y emotivo”
Con respecto a su nuevo trabajo en el PAMI, Luján remarcó que “poder trabajar allí para mí es muy simbólico y emotivo, porque fue el primer trabajo de mi mamá”. “Ella empezó a trabajar en PAMI cuando tenía tan solo 22 años y yo ahora duplico su edad”, contó. Pero además, la nueva trabajadora de la obra social de los jubilados, que conduce Luana Volnovich, indicó que se trata de un acto “reivindicatorio” ya que su madre fue despedida del organismo en septiembre de 1976, el mismo mes en el que fue asesinada.
Luján también subrayó que, si bien se sabe que son ocho los trabajadores del PAMI desaparecidos –en su homenaje se pusieron placas en la sede central, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner– actualmente la Comisión de Reparación de Legajos por la Memoria se encuentra investigando más casos. “Las Abuelas y las Madres están viejitas, muchas se van y se llevan con ellas millones de historias –dice–. Incluso muchas mueren sin poder conocer a sus nietos. Por eso tenemos que escucharlas y ayudarlas a encontrar a todos los que faltan.”
Informe: Melisa Molina.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/247805-taty-almeida-y-una-increible-historia-de-causalidades