A continuación, algunas de las reflexiones que dieron a CRUCE (Cadena Conurbana de Comunicación y Cultura) representantes de organizaciones y colectivos, entre ellos del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), quienes se acercaron a Mansión Seré para el último adiós a Nora Cortiñas.
Vanesa Orieta, militante de Derechos Humanos y hermana de Luciana Arruga: “Nora representa una mujer que nos ha marcado el camino, el cómo de ese camino, algo que no es fácil y que tienen que ver con formas de ese ser que hablan de su humanidad, su compañerismo, su dignidad. ¿Cuántas personas de este país podemos definir así? En medio de este momento tremendo, en el cual vemos que la deshumanización parece ser moneda corriente, Nora aparece como una persona que ha puesto el corazón y ha entendido el dolor de cada persona. Es difícil hallar personas con esas condiciones”.
Myriam Bregman, activista por los Derechos Humanos y diputada nacional por el FIT-U: “Nora se fue pero nos deja un legado enorme. Lo más importante es continuar su lucha. Ante tantos recuerdos compartidos, lo más importante es cómo continuar esa lucha. Nora peleó muchísimo para que haya juicio y castigo por los derechos humanos violados durante la dictadura, pero si hay algo que caracteriza a Nora es que abrazó muchas otras luchas”.
María del Carmen Verdú, militante de Correpi: “A los metro y cuarenta y nueve (de altura de Nora), su gigantez. Como se ha visto en las redes, todos y todas tienen una foto con Nora, y eso era porque Nora estaba en todos lados. Además de la perseverancia, la tozudez, la constancia, la perfección histórica de su pelea por saber qué pasó con su hijo Gustavo; además de estar siempre activa en pos del juicio y castigo de todos los responsables de la dictadura cívico, militar y eclesiástica; Nora fue de las primeras históricas Madres de Plaza de Mayo en ver que en democracia se reprimía y esos eran tiempos en poner en agenda. Fue de las primeras en luchar contra el gatillo fácil, las desapariciones forzadas en democracia.”
Sandra Quintela, integrante de Jubileo Sur Brasil y amiga de Nora: “Fue una de las grandes luchadoras contra el peso de la deuda externa en nuestros países. Nos enseñó con su fuerza y su contundencia a no rendirnos en pos de la memoria, verdad y justicia en nuestros países. Nos acompañó en la lucha por esclarecer el asesinato de Marielle Franco (NdR: en manos de fuerzas policilaes y parapoliciales, concejal de la ciudad de Río de Janeiro y militante de organizaciones de las favelas). Argentina y el mundo estaba siempre presente en Norita”.
Sergio Maldonado, hermano de Santiago y militante de Derechos Humanos: “Fue la primera que se acercó (tras la desaparición de Santiago) y fue un sostén enorme, tanto en lo público como en lo privado. Cada vez que estaba bajoneado, recibía su llamado y me ubicaba para seguir con la causa”.
Mónica Santino, dirigente de La Nuestra Fútbol: “Nos cruzan un montón de emociones, pero tenemos la certeza de que personas como Nora no mueren nunca. Y el mejor reconocimiento es no rendirse nunca”.
Claudio Lozano, presidente de Unidad Popular: “Norita iba de la pelea por su hijo hasta Palestina. No hubo batalla en la que no estuviera. Siempre empujó desde que la conocí cuando estábamos juntos en el Serpaj hasta hoy, cuando estábamos por peticionar ante la justicia un nuevo pedido de nulidad de la deuda. Recuerdo su derroche de amor y alegría en cada pelea que encaraba”.
Victoria Montenegro, nieta recuperada y diputada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el Frente de Todos: “Tenemos la responsabilidad de honrar su legado. Siempre nos recordaba al término de cada acto y actividad que venceremos. Además de su lucha por memoria, verdad y justicia, de las rondas, tiene la particularidad de comprender que la lucha por los derechos sociales también es lucha por los derechos humanos. Fue una enorme lucha que abrazó todas las luchas”.