“¿Por qué no sería candidato?”, respondió ayer Roberto Lavagna al ser consultado sobre una posible postulación suya para las presidenciales de octubre, en una especie confirmación indirecta. El ex ministro se reunió ayer con el senador Miguel Angel Pichetto –quien aunque se sigue manifestando precandidato es cada vez más su armador político– primero en su despacho en el Congreso y luego en su local partidario sobre avenida Belgrano. Lo esperaban allí dirigentes de la provincia de Buenos Aires, muchos de ellos pertenecientes al duhaldismo como el ex intendente Baldomero “Cacho” Alvarez y la ex diputada Mabel Muller. “La herencia que deja el gobierno es una economía paralizada, con una fuerte reducción del empleo y con un gran desorden económico y social”, criticó Lavagna.