Frente a las repudios que recibió la policía de Chile por la represión del viernes pasado, durante la cual un manifestante de 16 años fue arrojado al río por un carabinero, el presidente Sebastián Piñera brindó un fuerte mensaje en apoyo a las fuerzas de seguridad, aunque, al mismo tiempo, condenó que existan episodios en los cuales no se respeten los derechos humanos.
“Junto con lamentar lo ocurrido, quiero expresar nuestro profundo respaldo a la institución de Carabineros que tiene la función fundamental de proteger el orden público y la seguridad ciudadana, utilizando los instrumentos que la Ley le otorga”, expresó el jefe de Estado.
Para apaciguar las críticas por el violento accionar policial, Piñera advirtió que los agentes de seguridad “tienen que ajustar siempre su actuación al respeto irrestricto de los derechos humanos, en todo tiempo, en todo lugar, en toda circunstancia. Y, por supuesto, cumplir con sus protocolos y con lo que establece la ley”.
Como en otros hechos represivos, el presidente se escudó en que será la Justicia la encargada de investigar lo sucedido.
Además, el mandatario le pidió al Congreso que acelere el trámite de una ley que, según el Ejecutivo, moderniza al cuerpo policial y tiene por objetivo “fortalecer a Carabineros para que cumpla mejor y con mayor eficacia su rol de proteger la seguridad ciudadana y el orden público, respetando siempre los derechos humanos de todos”.
La tensión política aumentó en las últimas horas por la defensa que realizaron en la Cámara de Diputados, tanto el director general de Carabineros, Mario Rozas, como el ministro de Interior y Seguridad, Víctor Pérez.
Ambos apoyaron la represión de los carabineros, pese a las acusaciones oficiales en contra de Sebastián Zamora Soto, el policía imputado con prisión preventiva por homicidio frustrado contra el joven de 16 años que resultó herido la semana pasada.
La víctima, cuyo nombre se mantiene en secreto por ser un adolescente, permaneció durante varios minutos inconsciente en el lecho del río y quedó internado en la Clínica Santa María con múltiples fracturas.
Chile vive desde el 18 de octubre pasado una severa crisis social, con masivas manifestaciones que pusieron en jaque este segundo Gobierno del presidente Sebastián Piñera e instalaron en la agenda política inmediata cambios estructurales, entre ellos, la posibilidad de una nueva Constitución.
A menos de tres semanas del plebiscito que se realizará en Chile para decidir si se redacta una nueva Constitución o conservar la creada en 1980 por la dictadura cívico militar de Augusto Pinochet, Piñera convocó a una reunión de los tres poderes del Estado para “analizar y poder coordinar la acción de los distintos Poderes en estos tiempos de adversidad que vive el país”.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/297298-pinera-defendio-a-carabineros-y-pidio-que-el-congreso-aprueb