Desde Lima
Este lunes será un día decisivo para el gobierno de Pedro Castillo, y para la democracia peruana. El Congreso, controlado por la oposición de derecha, debatirá y votará un pedido para destituir al mandatario por supuesta “incapacidad moral”. Se trata de una ambigua figura que los parlamentarios están forzando para colocar bajo ese membrete acusaciones por corrupción que todavía están en investigación, denuncias contra terceros que son cargadas al mandatario, cuestionamientos a nombramientos de ministros y críticas a declaraciones periodísticas del jefe de Estado. Cargos débiles o abiertamente inconsistentes con los que se intenta sacar de la presidencia, por segunda vez en menos de ocho meses de gobierno, al maestro rural y sindicalista de izquierda que sorprendió en las elecciones de 2021 y ha desplazado del poder a la derecha, que ahora contraataca con maniobras golpistas.
Embate de la ultraderecha
El pedido de destitución de Castillo es promovido por la ultraderecha, con el fujimorismo en un rol clave, y para llegar a debatirse este lunes en el Congreso ha tenido el respaldo de bancadas de centro derecha. El inicio del proceso de destitución fue aprobado por 76 votos de 130 miembros del Parlamento unicameral. Para concretar el derrocamiento de Castillo se necesitan 87 votos. Se considera altamente improbable que la ultraderecha consiga esos votos, pero la política peruana suele dar sorpresas.
Castillo he rechazado las acusaciones en su contra –“yo no he venido a robarle un centavo al pueblo”, ha repetido- y ha acusado a un sector de la oposición parlamentaria de querer destituirlo desde el primer día de su gobierno. Una referencia a la ultraderecha que no aceptó su triunfo electoral, intentó evitar que asuma el poder y que desde el inicio del gobierno conspira para derrocarlo.
Advertencia de la CIDH
Organismos internacionales han expresado su preocupación por el futuro de la democracia peruana por este uso forzado de la “incapacidad moral” para buscar destituir a un presidente legítimo. La Organización de Estados Americanos (OEA) ha solicitado al Congreso que se permita que a la sesión parlamentaria en la que se decidirá la destitución o continuidad de Castillo asistan tres observadores de ese organismo. Los promotores del pedido de vacancia presidencial -como se llama a la destitución del presidente por “incapacidad moral” en el Congreso- han expresado su malestar con este pedido de la OEA. Desde el oficialismo respaldan la participación de estos observadores. Por otro lado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha expresa en un comunicado su “preocupación por el uso de esta figura jurídica (la incapacidad moral) de manera reiterada y discrecional por parte del Congreso”. En diciembre pasado, el Congreso ya intentó destituir a Castillo por “incapacidad moral”, pero no alcanzó los votos necesarios para concretar el golpe parlamentario. La CIDH señala que un proceso de destitución del presidente debe “fundarse en conductas señaladas con precisión que doten a este proceso de objetividad, imparcialidad y garantías del debido proceso”. En este proceso, que es sumario y donde todo se decide en un solo día sin un juicio político previo, con cargos que no adjuntan pruebas sólidas y con una evidente voluntad de un sector del Congreso de derrocar como sea a Castillo, esas garantías que exige la CIDH no se dan.
“Si cae Castillo, caemos
todos, todos los pueblos del Perú”, ha dicho el jefe del gabinete ministerial
Aníbal Torres. “Esos ladrones que nos han robado miles de millones en gobiernos
anteriores están detrás de la vacancia de Pedro Castillo porque han perdido la
mamadera”.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/411025-peru-semana-clave-para-pedro-castillo