Guillermo Jara, un camionero de toda la vida, fue asesinado con un piedrazo que le pegó en la sien izquierda y le provocó la muerte –según la autopsia– por “traumatismo grave de cráneo”. Jara fue conminado por un piquete de los llamados “autoconvocados” a esperar durante una hora y media en una estación de servicio Puma, en las afueras de Daireaux. Pero tras aguardar unos minutos, Jara decidió continuar su camino por lo que tuvo una primera pelea, allí mismo en la estación de servicio, con algunos de los integrantes del piquete.
Hay testigos que dicen que cuando le estaban pegando una paliza, Jara esgrimió una escopeta de aire comprimido, pero lo cierto es que logró evadir a los piqueteros y volvió a la ruta. En instantes, salió un grupo a perseguirlo con un camión y dos camionetas. No está claro todavía si le cruzaron el camión, si lo encerraron, pero el encierro fracasó y Jara siguió en la ruta. Una de las camionetas lo pasó de largo, lo esperó recogiendo cascotes y le lanzó una enorme piedra-proyectil que produjo un gigantesco agujero en el frente del camión, del lado del conductor. Eso fue la causa de la muerte de Jara. El fiscal Fabio Arcomano espera los resultados de las pericias pero, en principio, imputó a tres camioneros de Daireaux por homicidio: eran los que estaban en la camioneta de la que salió el piedrazo mortal.
En el asiento del conductor se encontró la escopeta de aire comprimido que esgrimió Jara en la pelea de la estación de servicio y la piedra que atravesó el vidrio. El fiscal mandó a analizar el cascote en el que a primera vista se percibe la sangre. Es decir que pegó directamente en la sien izquierda de Jara. También se secuestró el celular de Jara: la víctima vio venir el ataque y habría filmado la agresión. Eso también lo está trabajando ahora la justicia. Una explicación sencilla es que si un camión avanza a 100 kilómetros por hora y se le arroja una piedra de frente, el proyectil cobra una velocidad fenomenal. Eso explica el asesinato.
Los tres imputados por homicidio son Darío Martín –aparentemente el que tiró la piedra–, Fabián Paredes y Federico Fernández. Los tres son camioneros y los tres de Daireaux. Pero hay una cuestión delicada que el fiscal y luego el juez de Garantías deberán definir: por ahora, Arcomano los acusa como coautores de homicidio pero ¿habrá imputación contra los líderes del piquete o sólo contra los que fueron la mano de obra de la agresión?
Quienes conocen todo lo que tiene que ver con el mundo de la carga sostienen que los autoconvocados son dueños de uno o dos camiones, no encuadrados en ninguna de las cámaras de empresarios de camiones ni en el gremio de camioneros que conduce Hugo Moyano. En ese marco, hay una pelea por distintos motivos, en los que la falta de gasoil no tiene el peso principal:
*En Dock Sud porque les quitaron un “negocio” que tiene que ver con lo que llaman “la bajada de tachos”, es decir de contenedores. Antes cobraban 110 dólares por camión y por día en su playa de estacionamiento y ahora le quitaron al SUTAP ese playón y los contenedores se “bajan” en otro playón, privado.
*En el petitorio que iban a presentar en el Ministerio de Transporte pedían cláusula de aumento de la tarifa de carga en función del precio del gasoil.
*También reclamaban subsidios. Es decir, el pedido era por aumento en sus ingresos.
*Y el primer punto del petitorio ni siquiera tenía que ver con las tarifas de carga, sino que es la eliminación del Linti (Licencia Interjurisdiccional), que es el registro nacional de conductores de camiones que les cobran anualmente.
*El faltante de gasoil afecta en forma desigual. Las grandes empresas lo consiguen y los autoconvocados afirman que pueden acceder, pero a 240 pesos. El problema mayor está en las provincias del norte. Pero en el caso de Daireaux y otras localidades se utiliza como excusa de cara a la población: la mayoría de los camiones tiene acceso al gasoil.
*En las cámaras de empresarios camioneros afirman que el armado de estos piquetes obedece a que quieren armar otra organización –-hoy no tienen personería ni como cámara de dueños de camiones y menos todavía como trabajadores camioneros– y cobrar un 10 o un 15 por ciento de la carga.
Este miércoles 29 está prevista –la convocatoria se hizo hace tres semanas– una reunión de las cámaras de dueños de camiones, el sindicato Camioneros y el Ministerio de Transporte para fijar una nueva tarifa, teniendo en cuenta el aumento del gasoil. Está claro que es una puja, porque los empresarios del cereal o de los demás rubros de carga no quieren dar mucho aumento y el sector de dueños y trabajadores camioneros lo reclaman. En paralelo, el Ejecutivo aumentó el porcentaje de biodiesel que puede tener el combustible, se terminó gran parte de la cosecha por lo que hay menos acumulación en el campo y están viniendo barcos. O sea, el faltante de gasoil –en especial en el norte– debería reducirse.
Todo el panorama se complicó por dos razones:
* La invasión de Rusia a Ucrania que produjo un fuerte aumento de la demanda mundial y mayores dificultades para acceder a barcos, además de un incremento sideral de los valores.
* El crecimiento de la economía y la producción argentina, con un mayor requerimiento de combustible. El incremento es de casi el 20 por ciento.
* El precio del gasoil en la Argentina es la mitad de lo que vale en Paraguay, Brasil o Uruguay. Eso explica la maniobra de los camiones de esos países que cargan en las provincias fronterizas. El mayor ejemplo es Formosa, cuyo aumento en el consumo es del 40 por ciento, comparado 2021 con 2022.
Sea como fuere, nada justifica la
violencia de estos piquetes y ahora el asesinato de Jara, algo que de alguna
manera se veía venir porque los autoconvocados impedían el trabajo de la enorme
mayoría de camioneros encuadrados en las grandes cámaras y el sindicato. Ha
trascendido poco, pero ya hubo varios enfrentamientos con los piquetes. El
camionero que está en la ruta quiere llegar a destino lo antes posible y pasó a
encontrarse con no más de 20 o 30 manifestantes haciendo el corte. Si, además,
está volviendo a su casa, después de una semana de estar alejado, en más de un
caso el choque terminó a los golpes, con
los palos que se usan para medir el estado de los neumáticos. Todo fue peor en el caso de Daireaux: paliza, persecución y muerte.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/432948-paliza-persecucion-y-muerte
Paliza, persecución y muerte | Los autoconvocados y el asesinato de un camionero