Este 24 de marzo en Argentina se recuerda el Día Nacional de la Memoria, Verdad y Justicia, fecha que rememora el inicio de la dictadura militar en una de las etapas más sangrientas y dolorosas que se vivieron a lo largo de toda su historia.
No será un día más o igual a otros que se vienen conmemorando, sobre todo después de la interrupción de dos años donde no se pudo marchar a causa de la pandemia que azotó a la humanidad y por ende, Madres, Abuelas, organismos de derechos humanos, movimientos sociales, partidos políticos y la ciudadanía toda, volverán a ocupar las calles y plazas para proclamar NUNCA MÁS.
Hace 46 años un golpe de estado cívico-militar-clerical, atacó a la democracia argentina, terminando de manera violenta y anticonstitucional con un gobierno recientemente electo. Este golpe dejo secuelas muy profundas en la sociedad argentina con 30.000 desaparecidos, 500 niños secuestrados y separados de sus familias, miles de presos políticos, exiliados, y el desconocimiento de la Constitución Nacional para imponer un programa económico de dependencia en el cual se profundizarán políticas neoliberales con consecuencias catastróficas para el país.
Por ello es que la sociedad argentina, después de vivir esta amarga experiencia, recuperó y reivindica la democracia, los derechos humanos y con la llegada de Néstor Kirchner al gobierno, se convirtió en política de estado la defensa de la memoria, verdad y justicia; volviendo a activar juicios por el esclarecimiento de crímenes de lesa humanidad que llevaron a que en la actualidad, aproximadamente más de mil genocidas militares, civiles y clérigos estén en la cárcel, cumpliendo penas por los crímenes que cometieron.
Un pueblo sin memoria está condenado a repetir su historia, por eso es que para todos los países de la región que sufrieron golpes de estado y represiones a su población con cárceles, desapariciones y muerte, se hace imprescindible no dejar impunes estos actos de violación a los Derechos Humanos.
Sin ir más lejos, en el año 2019, Bolivia vivió un Golpe de Estado, razón por la cual el Gobierno Argentino refugió a Evo Morales y a Álvaro García Linera junto a muchos otros bolivianos que escaparon de la persecución ilegal que se atravesaba. Finalmente, a partir de la lucha de su pueblo, se logró recuperar la democracia y avanzar en el procesamiento penal de aquellos que actuaron en contra la Constitución.
El ejemplo de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo fue fundamental para que hoy la sociedad argentina recuerde y repudie el golpe militar de marzo de 1976. Solo los sectores que cometieron tales delitos no reconocen lo trascendente de la decisión de conmemorar esta fecha.
En febrero de 2002, siendo diputado, voté la ley que proclama al 24 de marzo como Día de la Memoria, Verdad y Justicia, esta no fue pensada en el parlamento y aceptada por la sociedad, sino que el parlamento se hizo cargo de la demanda de la sociedad que con el ejemplo de Madres y Abuelas, lograron instalar movilizaciones multitudinarias que desde hace más de cuarenta años se llevan adelante para reclamar juicio y castigo a los responsables de los crímenes atroces cometidos contra el propio Pueblo argentino.
Argentina se siente orgullosa por su lucha de Memoria, Verdad y Justicia, ejemplo internacional respecto del castigo a genocidas, situación que no tiene antecedentes en el contexto mundial.
Por eso hoy, Bolivia también empieza a marcar un precedente histórico, y es saludable para la democracia, la justicia y la verdad, que la impunidad ya no sea aceptada por nuestros pueblos, solo la participación popular garantiza un NUNCA MÁS.
* Embajador argentino en Bolivia.