La gran jornada de paro nacional y movilizaciones en todo el país dio un mensaje contundente en rechazo de las medidas del gobierno que, de avanzar, agravarían la situación que dejaron los últimos 8 años de pésimas gestiones.
Como acto de provocación, Milei y sus aliados apuran de manera escandalosa la aprobación de la Ley Ómnibus, proyecto burdamente anticonstitucional que delega poderes al Ejecutivo, expresamente prohibidos en la Constitución Nacional. Su tratamiento exprés la convierte en un acto profundamente antidemocrático impidiendo un verdadero debate, además de ser ilegal/delictuoso por la turbia participación de lobbistas en su redacción, fuera del ámbito del congreso.
Pero sobre todo, este proyecto de ley que pretende resetear a la sociedad argentina, es profundamente ilegítimo. Como en la fábula del escorpión y la rana, Milei tardó dos semanas en traicionar a la mayoría de sus votantes que, seducidos por el discurso anticasta y del crecimiento sin inflación, lo votaron bajo la esperanza de “un cambio”. No existe tal cosa sino la vieja práctica de despojar a la clase trabajadora y a los sectores productivos, bajar impuesto a los ricos, redoblar la extranjerización de la economía y el territorio y blanquear la fuga de capitales de dudoso origen. Es el capital financiero, con garrote en mano, quien grita “viva la libertad”.
Nada tiene de “cambio” profundizar la desigualdad. Estamos entonces ante la urgencia y la necesidad de develar el verdadero propósito de Milei y su voluntad de quebrar el sistema productivo, con el claro objetivo de doblegar las resistencias y nuestros sueños de justicia. Buscan completar el saqueo tanto de nuestros recursos como de nuestras conquistas y la cristalización de la dominación que ejercen las corporaciones, a quienes el presidente llama “héroes y benefactores”. Entonces, que gran parte de pueblo reconozca como un fantástico “fake” a este nuevo gobierno es una de las tareas que debemos encarar si queremos empezar el verdadero “cambio”.
Nos quieren sumisos y sin derechos. Quieren que nuestros barrios aguantan el hambre y convivan en las dinámicas de peleas de perros entre vecinos y el narcomenudeo, con niñeces violentadas por el hambre y sin acceso a una educación de calidad. Felizmente les decimos, desde las organizaciones sociales, que hay ánimo y fortaleza para enfrentarlos una vez más. Con el gran 24E que hicimos, y en cada rincón donde abrazamos a nuestros hermanos y hermanas, está creciendo un país para todos y todas.
* Omar Giuliani es secretario general de FeNaT-CTAA.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/707686-nos-quieren-sumisos-y-sin-derechos
