“No hay fuerza en el mundo que pueda separar a Cuba y Argentina. Quien lo intente, caerá una y otra vez de la mano de los pueblos”. El embajador cubano en la Argentina, Pedro Pablo Prada Quintero, hizo suyas las palabras del presidente de su país, Miguel Díaz-Canel, pronunciadas también aquí en la Argentina, en el acto de solidaridad con la isla de 2019. Alrededor de esa certeza se desplegó el homenaje Hermanos inseparables, organizado para celebrar los 50 años del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Argentina y Cuba. Fue con un concierto en el que estuvieron notablemente representados ambos países: Luis Lugo, “el piano de Cuba, Dolores Solá y el pianista Pablo Fraguela, Teresa Parodi junto a Emilia Parodi en piano y Ezequiel Parodi en guitarra, Manu Sija en múltiples instrumentos. Y entre los invitados que llenaron la Sala Argentina del Centro Cultural Kirchner, la referenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Taty Almeida, las Madres Carmen Arias y Josefa de Fiori, de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, embajadores y miembros del cuerpo diplomático de una gran cantidad de países, el ministro de Cultura, Tristán Bauer, el de Ciencia, Daniel Filmus, el exvicepresidente Amado Boudou, el director del Museo Malvinas, Edgardo Esteban, el cura en opción por los pobres Paco Olveira, entre otres.
El domingo 28 de mayo se cumplieron 50 años del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre las dos naciones. Se habían interrumpido en 1962, por presiones de Estados Unidos, y la firma del retorno al cauce institucional de hermandad se dio en circunstancias muy particulares: a sólo tres días de la asunción de Héctor Cámpora al poder. El presidente cubano Osvaldo Dorticós había llegado para la asunción junto con el de Chile, Salvador Allende, y en ese mismo viaje protagonizaría el momento que sintetizaba la aspiración a un nuevo encuadre geopolítico regional. La Argentina se transformaba el tercer país latinoamericano en restablecer el vínculo con Cuba: Chile lo había hecho ya con Allende en 1970 y Perú, en 1972, durante el gobierno del general Juan Velasco Alvarado. México era el único país latinoamericano que se había negado a romper relaciones con la isla revolucionaria, luego de que fuera excluida de la OEA en 1962.
El acto, enmarcado por las dos banderas y los himnos de los dos países, comenzó con las palabras del secretario de Relaciones Exteriores, Pablo Tettamanti, que recordó aquellos días de 1973, y los vinculó con los actuales. “Lo que estábamos fijando con aquella firma era la rebeldía de tener una personalidad para marcar nuestra identidad como región, en un mundo convulsionado. Eso resuena particularmente hoy –advirtió–. Se hablaba en la época de tercera posición, de países no alineados, pero de lo que se trataba finalmente era de soberanía, eso estaba en juego en el corazón de esa relación que se reestablecía. También hoy necesitamos fijar reglas propias en un mundo cambiante”.
“Mientras haya en América una nación esclava, la libertad no será posible”, citó Prada Quintero a San Martín. Y trazó un recorrido común que unió a Sarmiento, Martí, Perón, Evita, Fidel, el Papa Francisco, Alfonsín; y también a Ernesto Lecuona, Hugo Del Carril, Nicolás Guillén, Jorge Masetti, Rodolfo Walsh, Osvaldo Pugliese, Osvaldo Getino, Cortázar, Gelman, Fito Páez y Maradona, entre muchos. Los ejemplos de creación y solidaridad mutua se extendieron también a la ciencia, la campaña de alfabetización, el derecho internacional, la emergencia del covid.
A la hora de la música, el inicio fue con el destacado concertista de piano Luis Lugo, bien conocido por el público local por sus visitas anteriores al país. Dolores Solá junto a Pablo Fraguela hicieron una versión de “Son Cuba a Puerto Rico”, de Pablo Milanés, y rescataron la “Milonga para Fidel”, de Pugliese, un tema que circula entre coleccionistas. Además de declarar su amor por Cuba y el pueblo cubano, Teresa Parodi hizo su versión de “Rabo de nube” y “Yo tuve un hermano”, el poema que Cortázar le hizo al Che al enterarse de su muerte, y que ella musicalizó. “El amor entre los pueblos siguió siempre, más allá de las relaciones diplomáticas. Pero aquella firma de hace cincuenta años fue muy importante porque nos permitió tener otro tipo de vínculos, tender otros puentes. Disfruté muchísimo este encuentro, en esta sala tan bella, en este lugar que Néstor y Cristina Kirchner crearon para que pasen estas cosas”, expresó la cantautora al final del homenaje.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/553776-no-hay-fuerza-que-pueda-separar-a-cuba-y-argentina