La Sala I de la Cámara de Casación Penal, la misma que dictó los sobreseimientos en la causa Dólar Futuro y que también convalidó las declaraciones de los arrepentidos en el caso Cuadernos, intervendrá en el expediente del Memorándum con Irán, donde está acusada la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, junto con otros funcionarios. El tribunal está integrado por Ana María Figueroa, Daniel Petrone y Diego Barroetaveña. Lo primero que deberán resolver es si avalan la continuidad del Tribunal Oral Federal 8 (TOF 8) al frente del caso, ya que sus integrantes fueron recusados por dos familiares de víctimas del atentado a la AMIA y por la DAIA, que se oponen a que se haga una audiencia oral y pública, como pidieron CFK y el resto de los imputados, para reclamar la nulidad del juicio y las decisiones que se tomaron en años anteriores en la propia Casación, donde se reabrió la investigación. El TOF 8 sigue firme con su idea de avanzar y este miércoles celebrará una audiencia que se transmitirá por YouTube, por el intento de las querellas de apartar también al fiscal Marcelo Colombo, quien había pedido doce medidas de prueba que hacen tambalear la continuidad de la causa.
Tanto la expresidenta como el resto de los imputados, entre ellos Andrés Larroque, Carlos Zannini, Oscar Parrilli y Juan Martín Mena, pidieron la nulidad de la causa, no sólo por considerar que no hay delito, sino por las intervenciones de los jueces de Casación Mariano Borinsky y Gustavo Hornos, cuyas firmas fueron determinantes para la reapertura del expediente, que había sido cerrado inicialmente por el juez federal Daniel Rafecas. Cuando se conocieron las visitas de ambos casadores a la Casa Rosada y la Quinta de Olivos durante el gobierno de Mauricio Macri, quedó claro el vínculo fluido y la relación de las fechas de esos encuentros con resoluciones judiciales claves, que interesaban en particular a la administración de Cambiemos.
La decisión de dejar la causa del Memorándum ahora en manos de la Sala I de Casación fue tomada este martes por el camarista Javier Carbajo, de la Sala IV, y no es ajena al intríngulis de la reapertura de la investigación y al papel de sus colegas visitantes frecuentes del expresidente. Carbajo dice que no es la Sala IV la que debe resolver cuestiones sobre este expediente. De su explicación se deduce que siempre debió estar en manos de la Sala I, que tuvo el caso Memorándum desde la primera vez que entró a ese tribunal, en abril de 2015.
Lo que sucedió es que tras el cierre por “inexistencia de delito” de la denuncia original que había hecho el fallecido fiscal Alberto Nisman, desde la DAIA y el macrismo fogonearon la apertura de una causa melliza, que instruyó Claudio Bonadio, donde usó la calificación de traición a la patria. Era una investigación duplicada, pero en octubre de 2016, cuando llegó a Casación, fue a la Sala IV donde los jueces Borinsky y Hornos respaldaron a Bonadio y su pesquisa melliza pese a los cuestionamientos de la defensa del fallecido canciller Héctor Timerman. Esos dos mismos jueces, en 2016 aparecieron integrando la Sala I y votaron volver a abrir la causa terminada por Rafecas, a quien apartaron, de modo que Bonadio quedara a cargo de todo. También admitieron a la DAIA como querellante. Macri los felicitó públicamente, por si quedaba alguna duda de su interés.
Tanto el fiscal Colombo como los jueces del TOF 8 –María Gabriela López Iñíguez, José Michilini y Daniel Obligado– consideraron pertinente convocar a una audiencia oral y pública para debatir los planteos de nulidad de las defensas así como ordenar una serie de medidas de prueba para analizar la conducta de los jueces de Casación, cuyos fallos fueron determinantes, y establecer si pudieron actuar condicionados. Tanto los jueces como Colombo hicieron foco en la importancia de la garantía de imparcialidad y del juez natural, y por eso pidieron todas las resoluciones ligadas a este tema de Hornos y Borinsky, sus excusaciones de años anteriores en el caso AMIA, el modo en que fueron designados en cada sala y los expedientes en trámite en el Consejo de la Magistartura con las constancias de las visitas a la Casa Rosada y a Olivos. Pero en su afán de llevar a CFK a juicio oral con la acusación de encubrimiento de los iraníes implicados en el atentado a la AMIA por la firma del Memorándum (como acusó Nisman), los familiares de AMIA Luis Czyzewski y Mario Averbuch y luego la DAIA cuestionaron la audiencia oral, las medidas y recusaron a quienes integran el TOF 8.
Los argumentos de la recusación son curiosos: uno es la convocatoria a audiencia oral misma, como si fuera algo que pone en duda la imparcialidad. Los tres jueces rechazaron ese y todos los puntos, con argumentos similares. López Iñíguez fue enfática: “Se trata del mejor –-si no el único– mecanismo para garantizar los principios de oralidad, publicidad, contradicción e inmediación. Sorprende que la predisposición del Tribunal para propiciar un espacio en el que todas las partes puedan oralizar sus posiciones sea interpretada como un indicio de ‘no imparcialidad’, en especial si tenemos en cuenta que se trata de un principio que se deriva de nuestra forma republicana de gobierno”. Otro de los cuestionamientos señalaba que ya habían intervenido al revocar las detenciones que había ordenado Bonadio: las de Zannini, Luis D’Elía y Jorge Khalil. Otra vez, todos dijeron que eso no pone en jaque la imparcialidad. El otro argumento planteado inicialmente por la DAIA fue que habían citado al exsecretario de Interpol, Ronald Noble, como testigo, cuando podía ser imputado. Noble es quien se cansó de decir públicamente que los pedidos de captura de los iraníes siempre estuvieron vigentes, lo que derriba uno de los grandes argumentos (falsos) de esta causa. Los tres jueces dicen que es un cuestionamiento extemporáneo.
La DAIA volvió a la carga esta semana con un pedido de nulidad de la audiencia y de las medidas de prueba. En línea con la postura de la oposición política y los medios afines, la entidad sigue a la ofensiva para lograr que se haga un juicio basado en la aprobación del pacto, que como es sabido buscaba que los iraníes fueran indagados al menos en un tercer país para evitar la impunidad del ataque terrorista, que continúa.
La audiencia por la recusación del fiscal será este miércoles a las 9.30. En este caso es el TOF 8 el que debe resolver si corresponde su apartamiento. La postura de Colombo fue atacada por las querellas porque impulsó medidas esenciales que pueden ser determinantes para el futuro de la causa. Además de lo referido a las visitas al expresidente Macri, pidió datos de otros expedientes, como el del espionaje donde hay anotaciones del celular de Darío Nieto, secretario del expresidente, que recuerdan “hablar con Borinsky” y la de la “mesa judicial”, donde la camarista Ana María Figueroa describió presiones ligadas a la constitucionalidad del Memorándum al comienzo del gobierno de Macri. Colombo había sido taxativo: “La entidad de los hechos investigados, su trascendencia, el impacto y consecuencia que las resoluciones impugnadas tuvieron en el destino de este proceso (determinaron su reapertura), sumado a la complejidad y gravedad de las hipótesis planteadas por los incidentistas, justifican la necesidad de incorporar la información que mediante este dictamen solicitaré”. La audiencia de recusación se perfila peliaguda.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/353051-memorandum-con-iran-la-causa-se-muda-de-sala-en-la-camara-de
Memorándum con Irán: la causa se muda de sala en la Cámara de Casación