“Defender la Constitución”. “Suspender este disparate jurídico”. “Frenar este atropello al ciudadano”. “Luchar contra la colonización de la justicia”. “Volver a poner la justicia al servicio de los trabajadores y los más débiles, y no de los empresarios poderosos”. “Dejar de hacerle la corte a Macri y su curreo“. “Decir No a la ‘República de Morondanga'”. Fueron algunas de las frases que se escucharon ayer en la muy convocante movilización que se realizó frente al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) porteño, para reclamar en contra de la ley que sancionó recientemente la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, y que habilita a esta instancia local a revisar sentencias dictadas por la Justicia Nacional, en cualquiera de sus fueros con sede en el distrito.
Representantes y columnas de un gran arco político, social y gremial, asociaciones de magistrados y abogados, legisladores, trabajadores de distintas dependencias municipales y nacionales, ciudadanos “comunes pero alertas”, según se leyó en uno de los tantos carteles hechos a mano, se concentraron con este reclamo común frente a la sede del TSJ, en Cerrito 760, a una cuadra del teatro Colón y a pocas del obelisco. La policía de la Ciudad, por su parte, se encargó de hacer y mostrar un despliegue inusual dadas las circunstancias: gran cantidad de efectivos y un par de cuadras de carros de asalto, y hasta un camión de bomberos, recibieron a los manifestantes.
La convocatoria exigió que se vuelva atrás con la ley que votó el jueves pasado –sin debate previo y “colado” en un proyecto sobre audiencias y notificaciones digitales– la mayoría automática de la Legislatura (38 votos a favor de los bloques Vamos Juntos, UCR-Evolución, Partido Socialista y GEN, y 20 en contra del Frente de Todos y la Izquierda), que subvierte las competencias jurídicas, priorizando una de orden local por sobre la nacional. También sumó el rechazo a las propuestas de reforma laboral y de eliminación de las indemnizaciones, una de las “promesas de campaña” que agita por estos días Juntos por el Cambio.
El rechazo a la “colonización de la justicia” que pretende esta ley, y al “copamiento de la justicia nacional”, fueron las consignas convocantes.
Legisladores y referentes como Héctor Recalde, Leopoldo Moreau, Walter Correa, Lucía Cámpora (cuyo discurso en la legislatura al momento de oponerse a esta ley tuvo gran impacto), Claudia Neira, Myrian Bregman, Sergio Palazzo, Juan Ramos Padilla estuvieron en la marcha; algunos de ellos hablaron en el escenario que se montó frente al TSJ. Entre los muchos gremios representados se vio y oyó a integrantes del Sindicato de Trabajadores Judiciales (Sitraju), la Asociación Bancaria, UTE-Ctera, ATE, los Trabajadores del Subterráneo y Premetro (Agtsyp), el gremio de prensa Sipreba, el de docentes bonaerense Suteba y el Frente Barrial, entre otras organizaciones nucleadas en la Central de Trabajadores de la Argentinos (CTA). También estaban los que, echando mano al humor, se identificaron con carteles caseros como el de “Anti-Republicanos de Morondanga”.
El sueño de la justicia propia
“Estamos manifestando contra la monaquía judicial al servicio de la derecha, por ende el peligro latente de que cualquier causa judicial de un trabajador o trabajadora sea resuelta por esa monarquía al servicio de Larreta”, definió en diálogo con Página/12 el diputado y secretario general del Sindicato de Obreros Curtidores Walter Correa. “Esto se para, y en este momento se para con los votos. Hay que tomar conciencia de que estamos a siete diputados de perder la indemización y las conquistas de los trabajadores y las trabajadoras”, advirtió.
“Además de un dislate jurídico, lo que sucede acá es lo que dijo la legisladora Lucía Cámpora en su exposición: el blindaje de impunidad a la familia Macri por un lado, y la destrucción de los derechos laborales por otro. Si esto hubiera sucedido en Formosa o Tucumán, estarían diciendo que vamos a Cuba o Venezuela aquellos que se dicen defensores de las instituciones. Pero como lo hacen ellos, está bien”, marcó el titular de La Bancaria, Sergio Palazzo. “Esto de pensar que modificando leyes se genera empleo es falso, porque entre 2003 y 2015 se generaron 230 mil pymes nuevas, y casi 3 millones de trabajos registrados, y no se perdieron derechos laborales. Este 14 de noviembre no nos olvidemos de esto”, pidió.
“Esta ley cumple el sueño de Macri de tener una justicia propia”, opinó Héctor Recalde. Para Leopoldo Moreau, “el gobierno de la Ciudad quiere crear un búnker o una guarida para el clan Macri. Y además quiere aprovechar la circunstancia para apropiarse del fuero laboral, de los derechos de los trabajadores”. “No es casual que la semana pasada el senador (Martín) Lousteau haya presentado un proyecto en el Congreso para terminar con las indemnizaciones por despido sin causa justa, y en paralelo la Legislatura haya intentado esto”, observó el diputado.
La mayoría automática
Como describió Irina Hauser en una nota de este diario, los cinco miembros del TSJ responden mayoritariamente a Mauricio Macri y a Horacio Rodríguez Larreta. Su presidenta, Inés Weinberg de Roca, fue la candidata fallida del expresidente para la Procuración General de la Nación. Santiago Otamendi, el exviceministro de Justicia de Germán Garavano. A Marcela de Langhe también la nombró el macrismo en el Instituto Superior de Seguridad Pública porteño. Estos tres magistrados conforman una mayoría automática, junto a la que votan Luis Lozano y Alicia Ruiz.
“Este tribunal le niega las vacantes escolares a nuestros pibes en la Ciudad y guarda silencio en el remate de las tierras públicas. Qué podemos esperar de este tribunal, si para ellos estos derechos son cargas prescindibles”, planteó la legisladora porteña Lucía Cámpora.
“Estamos diciendo no a este atropello y es muy importante porque quieren hacerle ganar tiempo a los más poderosos”, sumó su compañera de bloque, Claudia Neira. “El oficialismo bastardea la autonomía de la Ciudad, usándola como pretexto para proteger los intereses económicos de Macri, Socma, y los que quieren ir por las indemnizaciones”.
También el secretario adjunto del sindicato docente porteño UTE, Eduardo López, tuvo palabras para el TSJ: “Este tribunal no va a poder dar vuelta la pirámide de jerarquía constitucional, porque hay un pueblo en la calle que va a defender sus derechos. Weimber de Roca, Otamendi, Langhe, ¿alguien los conoce? Los maestros sí, estamos pidiendo juicio político para ellos, porque le quieren sacar las vacantes a nuestros alumnos. Y a juzgar por sus fallos no saben ni Formación Cívica de primer año”.
Una cuestión de sentido común
Beatriz Ferreiro es una de las que se convocaron “como ciudadana anónima, en contra de esto que es un atropello evidente. Un tribunal local no puede estar por sobre una instancia nacional, ¡es de sentido común!”, expone.
“Vine porque no se puede permitir una ley que es absolutamente inconstitucional, se la mire por done se la mire. Quieren violentar el espíritu de la Constitución nacional y eso es muy grave”, suma Marcelo, trabajador del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad.
La abogada del organismo de derechos humanos Liberpueblo Verónica Quinteros destaca como positivo el amplio arco judicial, sindical, social que se congregó, la cantidad de organizaciones “que vinieron a repudiar el copamiento del macrismo a la justicia”. “Hay que garantizar que la justicia quede en la instancia nacional y se enfoque en la defensa de los trabajadores, de los más débiles, porque para eso está la ley, para impartir un equilibrio. No para responder a un sector del poder”, marcó ante la consulta de Página/12.
Para Regina Santinelli, abogada penalista que trabaja en el Ministerio Público de la Defensa, “esta maniobra del Gobierno de la Ciudad y sus legisladores se desentiende del proceso de autonomía de la Ciudad mediante convenios de tranferencia y acomoda las normas procesales a gusto y piacere, para responder a sus intereses políticos”. “Quienes luchamos por transformar la justicia, y trabajamos día a día para que esté al servicio de quienes más lo necesitan, nos sentimos muy afectados. Sentimos que todo vale, que no hay un límite”, lamenta.
Oscar Adolfo Depaoli es abogado, trabaja en Parques Nacionales. “Vengo a apoyar la lucha de los compañeros y del pueblo argentino en contra de este tribunal supremo de injusticia”, define nombrando especialmente a Santiago Otamendi, Inés Weinberg de Roca, Marcela de Langhe. “Es gente que trabaja directamente para Macri, si uno repasa los fallos la complicidad es tan directa que es obscena”, analiza.
A días de cumplir 83 años y en plena actividad, la doctora Marisa Donadío recita su matrícula y repasa toda la jurispridencia contra la cual avanza la flamante ley, desde la Carta Magna de 1215, pasando por los Derechos de la Comisión de Virgina de 1776, los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, hasta “toda la doctrina que surge a partir de hombres como Arturo Sampay, que es el glorioso autor del anteproyecto de la Constitución del 49, que fue derogada por una junta consultiva siniestra presidida en el 1956 por Alicia Moreau de Justo”, ilustra. “Por todo eso, por lo que me enseñó Perón, que dentro de la ley todo, fuera de la ley nada, estoy acá”, se planta.
Pero a pesar de toda esa jurisprudencia, la Legislatura avanzó, se le observa. La doctora responde con lógica lega: “Pienso, con un poco de ilusión, que si cayó el imperio romano, si cayeron Hitler y Mussolini, si los norteamericanos se tuvieron que ir de Vietnam como ratas… ¿Por qué esta runfla de garcas se va a quedar en el país, si no nos representa?”.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/373201-marcha-contra-el-sueno-de-la-justicia-propia