Si fuera por el relato de algunos ex funcionario de Mauricio Macri, Susana Martinengo
entró un día en Casa Rosada sin que nadie la conociera y ocupó su despacho sin influencias ni recomendaciones de ningún integrante del Gobierno. A la ex secretaria de Documentación de la Presidencia, ahora involucrada en una causa por espionaje ilegal como presunto nexo con las máximas autoridades del Gobierno
, ya nadie dice haberla recomendado, conocido o tratado. Al parecer era un fantasma en la Rosada. El primero en asumir esa estrategia negadora fue el ex presidente Mauricio Macri, que niega conocerla y mucho más que haya sido cercana a él y su familia. La foto que los muestra juntos, insisten a su lado, fue tomada en el bunker de campaña en 2015 “y luego nunca volvieron a tener contacto”. No obstante, según contaron altas fuentes del Gobierno pasado a este diario, Martinengo llegó de la mano de Jorge Alves, un hombre cercano a Macri desde su época de presidente de Boca Juniors y que lo acompañó en buena parte de su carrera política.
Oficialmente, Martinengo se ocupaba de recibir, filtrar -y eventualmente responder- las cartas y otros mensajes que recibía el Presidente. Algunos diputados del PRO recuerdan que los llamó para pasarle algún pedido de pensiones y cuestiones similares en sus provincias de origen. El cargo que ocupaba era parte de la unidad presidencial. Para dar un ejemplo: antes que ella, durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, había estado allí Mariana Larroque, hermana de Andrés “El Cuervo” Larroque. Es decir, alguien de confianza de la anterior presidenta. “Es un cargo menor”, la minimizan cerca de Macri, desde donde hicieron todos los esfuerzos por alejar a esa figura del ex presidente. “Era funcionaria. De ahí a que sea amiga de Macri cómo pretender instalar hay un poco de distancia”, afirman.
En efecto, pese a que era su secretaria de Documentación, el ex presidente afirma que no la conoce. También le resta importancia a la foto que circula donde están Macri con su hija Antonia y Martinengo. “Es una foto del 2015 en el búnker donde la señora se acercó y le sacaron la foto. Nunca hubo contacto posterior de ningún tipo”, insisten a su lado. Incluso señalan que sus oficinas estaban en el segundo piso, bien lejos de las de Macri dentro de la Rosada.
Lo cierto es que distintas fuentes del PRO indicaron que la llegada de Martinengo al equipo de Macri es previa, de su paso por la Ciudad y que vino de la mano de un dirigente que Macri sí conoce desde hace muchos años: Jorge Alves. “Siempre era el que estaba tratando de promoverla a Martinengo”, comentan.
¿Quién es Alves? En sus épocas de diputado bonaerense por el PRO, este dirigente se presentaba en su blog como un “un hombre muy cercano al Jefe de Gobierno porteño, el Ing. Mauricio Macri”. La cercanía es algo que confirman distintos integrantes del PRO: fue secretario de Relaciones Públicas en Boca Juniors, luego de ser jefe de campaña de Macri. En los años frente a Boca se ocupó de llevarle ideas a Macri como que pusieran porristas a alentar a la tribuna en la cancha.
Durante el primer mandato de Macri como jefe de Gobierno, Alves fue su jefe de despacho -según publicó en su blog-, pero no era muy querido por el entonces secretario general Marcos Peña. De hecho, Peña consiguió que lo pusieran en las listas de diputados bonaerenses más para sacárselo de encima que por cariño. Así las cosas, Alves asumió como diputado bonaerense cuando Jorge Macri dejó la banca para ser intendente, en 2011. Formó parte de un sector del bloque se denominaba como “sangre amarilla” por ser los más leales a Macri. Fue diputado hasta 2013, y luego volvió al entorno de Macri para espanto de Peña y sus adláteres. Funcionaba como una suerte de secretario ad hoc para cuestiones no del todo claras, como recomendarle “brujas” para que le hiciera “limpiezas espirituales” de sus oficinas.
En 2016, Macri mandó a Alves al directorio de la Corporación Puerto Madero, pero continuó siguiendo al presidente en actos y otras visitas protocolares. “Y siempre lo acompañaba Martinengo”, cuentan quienes conocen el entorno del ex presidente. La secretaria de Documentación, según estas fuentes, logró ocupar ese cargo de la mano de Alves. Ella fue quien -según se investiga en la causa judicial- recibió al menos 12 veces en Casa Rosada a los agentes de inteligencia
que hacían espionaje sobre opositores, propios, empresarios, sindicalistas y periodistas. Los espías, además, hablaron en el Congreso de otros encuentros en domicilios particulares e incluso de almuerzos con Martinengo.
Según se constató, Martinengo estuvo casada con el capitán del Ejército Juan Jorge Ferreyra, que participó junto con Aldo Rico en los alzamientos de Semana Santa de 1987. Luego Ferreyra y Martinengo fueron militantes de MODIN, el partido de Rico y otros carapintadas. Ferreyra era conocido de Octavio Frigerio, padre de Rogelio Frigerio, y cuando abandonó el MODIN se acercó al PJ. Martinengo siguió su propia carrera política en San Martín, donde formó parte de la secretaría de Seguridad durante la gestión de Ricardo Ivoskus.
También, según consta en registros periodisticos, Martinengo ofreció una entrevista radial cuando era funcionaria de Macri, en marzo de 2019. “Es un trabajo que vengo haciendo desde 2007, como jefa de despacho cuando el Presidente era jefe de Gobierno”, sostuvo. El jefe de despacho era, en verdad, Jorge Alves. “Yo empecé a trabajar en este proyecto en 2007. Han creado un espacio único”, dijo Martinengo, quien aclaró sobre Macri: “Todo lo que hago es a pedido de él. Cuando él me da una directiva, hay que cumplirla”.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/275063-macri-y-el-espionaje-ilegal-quien-es-susana-martinengo