Es mujer, afroamericana, demócrata, con un apellido asociado a políticos blancos y republicanos. Cori Bush combina su trabajo de enfermera con el activismo social. Con 43 años, esta pastora cristiana es una de las nuevas caras del ala más progresista del Partido Demócrata, la que apoya al precandidato presidencial Bernie Sanders para los comicios de 2020. El año pasado Cori Bush compitió en la interna de su partido en el primer distrito de Missouri para ocupar una banca en el Congreso. Tres meses antes de la votación tuvo un accidente de tránsito. Eso le quitó posibilidad de hacer campaña visitando a los vecinos y que la conocieran con su mensaje de que se pueden hacer cambios en el día a día de la gente. “Cuando las personas ven mi nombre piensan que soy un hombre blanco republicano. Me ganó Lacy Clay, el hijo de un político demócrata histórico, todo el mundo lo conoce y es afroamericano: los votantes de mi distrito no quieren a un blanco republicano” afirma de visita en Buenos Aires invitada por la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN) para participar de conferencias en la UBA y la UMET.
Bush adelanta que volverá a enfrentar a Clay en las próximas legislativas. Se toca el tatuaje de una flor que se asoma por su escote mostrándose convencida de que llegará al Capitolio como lo hizo la también candidata alternativa y no financiada por corporaciones ni bancos, Alexandria Ocasio-Cortez, en Nueva York. “Junto a Ocasio- Cortez pensamos que todos deben tener derecho a la educación. Que todos tengan acceso a una cobertura de salud. Dicen que porque queremos eso estamos más a la izquierda. Me llamaron comunista, socialista. Y yo solo quiero que la gente tenga calidad de vida” A ambas se las puede ver en el documental “Knock Down The House” (“A la conquista del Congreso” en Netflix) acerca de cuatro mujeres que deciden ser candidatas sin el apoyo del establishment.
Bush creció en un hogar demócrata: su padre participó de la política local toda su vida en St. Louis, Missouri. Se identifica con el ideario de “un partido de la diversidad, la inclusión, por los derechos de los trabajadores” . Por otro lado, admite que “es más difícil que la gente apoye a una mujer negra y sin estar casada porque no la ven con respeto. Hay gente que no nos quiere en puestos de liderazgo, cree que no somos las más calificadas. Me dijeron que me tenía que alisar el pelo, que mi piel era muy oscura para las fotos. La comunidad blanca lo decía. Gente común de la comunidad blanca, incluso del partido”.
De todos modos, se muestra entusiasta de que en el futuro pueda hacer cambios en el día a día de la gente del consevador estado Missouri.
Cori Bush lideró las protestas en Ferguson tras el asesinato en 2014 de Michael Brown, un caso de gatillo fácil de un policía blanco contra un joven afrodescendiente que disparó el movimiento “black lives matter” o “las vidas de los negros son importantes”, que se convirtió en un fenómeno de las redes sociales.
“Trato de mantener a mis hijos adolescentes a resguardo porque mi vida está bajo amenaza. Es peligroso. Los supremacistas blancos atacaron mi auto, tuve amenazas de muerte, le dispararon al auto”.
No hubo justicia para la familia de Michael Brown. Desde los medios mintieron sobre el perfil de la víctima recuerda Bush. Por eso ella cofundó la plataforma “Ferguson telling the truth” (Deciendo la verdad) sobre Ferguson), porque la policía reprimía a los manifestantes y los medios solo contaban el relato oficial.
“Los medios más importantes mentían. Y mentían sobre la historia de Michael Brown. Decidimos contar la verdad con una plataforma nacional para que las familias tengan fotos, web page, hicimos transmisiones en Facebook live”.
La gente está envalentonada por atacar a los afroamericanos, verbal y físicamente a causa de la retórica divisiva y racista de Donald Trump, sostiene Bush. “Ellos creen que está bien porque ven al presidente reírse, los autoriza. Trump dice que al que no le gusten sus políticas, que se vuelva a su país. La cuestión es que yo no soy inmigrante. tengo ancestros africanos, vinieron como esclavos, pero soy estadounidense. ¿A qué país vuelvo?. No tiene sentido. No tengo un país donde volver. El continente es Africa. De mi lado materno, hubo violaciones de franceses. Tengo sangre francesa en mis venas”.
En su distrito la mayoría afroamericana es víctima de racismo, y también de gatillo fácil. “No creo que las armas en la calle sean la solución, pero los vecinos necesitan defenderse. Estoy por la prohibición de venta de armas de asalto, militares, las que causan más muertos. Que no haya armas militares en las calles.”, sostiene en medio de un creciente pedido de organizaciones sociales para que en Estados Unidos haya una regulación sobre la compra libre de armas.
Otro debate que se da en su país tiene que ver con el avance conservador sobre el derecho al aborto. El rol de pastora cristiana no interfiere en su defensa del aborto legal.
En Missouri aumentaron las restricciones a la interrupción del embarazo. Un tema que preocupa a esta madre soltera de dos hijos adolescentes. “Creo que la mujer tiene el derecho de decidir sobre su cuerpo. Penalizar y controlar lo que hacemos con nuestros cuerpos es parte del patriarcado que tiene que cambiar. Cuando Trump ganó la presidencia los republicanos también ganaron en Missouri: decidieron atacar los derechos de las mujeres y quieren cerrar clínicas de aborto y prohibir el acceso al aborto. Lo tratan como un tema religioso. Dicen `somos pro vida` pero para mí eso no es pro vida. Eso sería interesarse por la vida del recién nacido, que tenga comida, cobertura médica. Ellos no quieren garantizar ese bienestar, no les importa que pasará con ese bebé”. Bush enfatiza “soy cristiana, pastora cristiana y creo que no debemos mezclar nuestras visiones religiosas con las políticas de Estado”. Y les envía un mensaje claro a las mujeres argentinas que portan pañuelo verde, pañuelo que ella ahora tiene: “Sigan luchando, sigan movilizándose”.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/214085-los-supremacistas-atacaron-mi-auto