La semana pasada leí con asombro una pirueta discursiva más del senador nacional Martín Losteau. Esta vez, en franca contradicción con los durísimos cuestionamientos a la gestión de Macri/Larreta que disparaba en 2015 –en la campaña para jefe de gobierno porteño–, salió a defender los privilegios que obtuvo la Ciudad durante los cuatro años de mandato del ex presidente Mauricio Macri.
Me interesa en particular aportar soluciones para el reordenamiento fiscal que reclama el senador. Te propongo, Martín, conseguir recursos recuperando fondos públicos robados por la corrupción macrista, que podríamos luego destinar al Plan Argentina contra el Hambre, y que ayudarían a equilibrar las cuentas públicas atento a tu notoria preocupación por el tema.
En primer lugar, recuperemos los 746 millones de dólares que Macri les regaló a sus ex socios de Ausol y a Autopistas del Oeste, en el marco de la no menos escandalosa extensión de los contratos de concesión de las autopistas de acceso a la Ciudad que Lousteau representa en el Senado nacional.
La maniobra fue burda pero efectiva: a tres días de asumir Macri la Presidencia del país, Ausol presentó un reclamo ante el CIADI por supuestos incumplimientos por parte del Estado. Como el procurador Carlos Balbin defendió los intereses nacionales en esa demanda, Macri lo desplazó y colocó a su amigo Bernardo Saravia Frías. Unos meses después les pagó el equivalente a lo que cuesta construir mil jardines de infantes a sus amigos y ex socios (hasta 2017 Sideco tenía acciones en Ausol) por un reclamo que no solo no tenía ninguna chance de prosperar en el CIADI, sino que era totalmente improcedente por los innumerables incumplimientos contractuales en los que incurrió Ausol, tal cual lo demostraron informes del Occovi que en noviembre presenté a la Justicia en la causa que investiga el juez Canicoba Corral.
También tenemos que recuperar los 162 millones de dólares en multas que Macri les condonó a Edenor y Edesur. Según lo firmado en el contrato de concesión, ese dinero debía ser distribuido entre los usuarios como compensación por las fallas en el suministro. En lugar de eso, Macri lo depositó en los bolsillos ya rebosantes de las empresas beneficiadas por los tarifazos. Esta estafa está siendo investigada por la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Franco Picardi.
Otros 70 millones de dólares que deben volver al Estado son los que la familia Macri se llevó con el negociado de los parques eólicos. Aquí le hicieron ganar a Isolux Corsan, una empresa en quiebra, licitaciones del programa RenovAr para luego traspasarlas a sociedades fantasmas creadas por un contador de Sideco, y revenderlas a inversores chinos. Tras nuestra denuncia penal, se supo lo que sospechábamos: detrás del testaferro estaban el hermano del ex presidente Gianfranco Macri y amigos como el futbolista Carlos Tévez.
Y ya que hablamos de Gianfranco deberíamos, antes de que se raje a Punta del Este, recuperar los 39 millones de dólares de procedencia ilícita que blanqueó gracias a un decreto ilegal firmado por Mauricio Macri, con lo cual ya habremos superado los mil millones de dólares que les permitirán a miles de argentinos, y sobre todo a la mitad de los niños y niñas de este país que tu gobierno, Martín, dejó en la miseria, volver a alimentarse dignamente.
Quedan de yapa los casi 6 millones de dólares que el ex ministro Guillermo Dietrich cobró para habilitar el aeródromo de El Palomar para uso comercial, como revelan documentos recientemente dados a conocer por la prensa.
Te invito entonces, Martín, a que firmemos juntos los pedidos de embargos preventivos correspondientes en estas causas penales, y que nos presentemos juntos en la Procuración General de la Nación para pedir la extinción de dominio de este dinero fruto de la corrupción del macrismo. En definitiva, para contribuir al ordenamiento fiscal que tanto te preocupa, acompañame a recuperar mil millones de dólares que nos robaron a todes.
* Rodolfo Tailhade es diputado nacional del Frente de Todos.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/243259-los-privilegios-de-la-ciudad-y-los-millones-robados