Las dos presidencias de Carlos Saúl Menem, entre 1989 y 1999, dejaron como saldo no solo una Argentina endeudada, privatizada y con mayor pobreza, sino que también derivaron en una serie de denuncias e investigaciones judiciales contra el ex mandatario que, en su mayoría, terminaron sin condena.
Entre los problemas que expresidente acumuló en Tribunales, la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia -por la que pasó una breve temporada detenido-, la explosión de la fábrica militar de Río Tercero en 1995 (que dejó siete muertos, centenares de heridos y una ciudad destruida), y las supuestas coimas negociadas en el plan de privatizaciones fueron algunos de los que obtuvieron mayor repercusión.
Pese a la acumulación de denuncias en su contra, Menem solo fue condenado por el pago de sobresueldos a funcionarios de su gobierno y por la venta del predio de Palermo a la Sociedad Rural, en 1991.
En cambio recibió la absolución tanto en los juicios por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia como en el caso por el encubrimiento del atentado a la Amia. En el caso de la explosión de Río Tercero, cuyo objetivo según la investigación judicial fue ocultar el faltante de armas producto del envío ilegal a Ecuador y Croacia, aún estaba pendiente un fallo de la Corte sobre el inicio del juicio.
Denuncias por coimas
Durante la gestión del riojano se generaron diversas denuncias por sobreprecios en las privatizaciones y pedidos de coimas en los procesos de licitaciones. Una de las frases más recordadas sobre este ilícito fue pronunciada en mayo de 1990 por el entonces jefe del bloque peronista José Luis Manzano: “Yo robo para la corona”, dijo en referencia a los pedidos de coimas que se realizaban a las empresas que buscaban ganar alguna de las licitaciones del proceso de privatización.
Sobre finales de 1990, la compañía estadounidense Swift-Armour reveló que altos funcionarios del Gobierno nacional le habían pedido una coima para autorizar la instalación de una planta en el país. Esta situación generó la acusación de parte del embajador de Estados Unidos, Terence Todman, que terminó en la renuncia del cuñado del entonces presidente, Emir Yoma, y del ministro de Economía, Antonio Erman González, quien dejó el cargo a Domingo Cavallo, que hasta ese momento ejercía como canciller.
También la jefa de ceremonial, Amira Yoma, estuvo vinculada al escándalo conocido como Yomagate, donde se denunciaba el tráfico de valijas procedentes de Nueva York con dólares para el blanqueo en operaciones financieras e inmobiliarias en el país.
Con complicidad de la Corte Suprema
Menem construyó una mayoría automática en la Corte Suprema con una ley que amplió de cinco a nueve miembros su integración. Al máximo tribunal llegaron hombres de confianza de su hermano, Eduardo Menem, y del jefe de la Secretaria de Inteligencia (SIDE), Hugo Anzorreguy.
Desde 1993, la Corte fue presidida por Julio Nazareno, un exsocio del bufete de Eduardo Menem en La Rioja. El vicepresidente, en tanto, fue Eduardo Moliné O’Connor, cuñado del entonces jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy.
Esta protección judicial finalizó con la llegada de Néstor Kirchner, quien cambió la composición de la Corte Suprema con el objetivo de sanear un poder que se encontraba viciado y que era fuertemente cuestionado por la sociedad. Fue en esta nueva etapa que Menem recibió las condenas por los sobresueldos pagados a funcionarios y por la venta del predio de Palermo de la Sociedad Rural, luego estatizado durante el mandato de Cristina Fernández de Kirchner.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/323772-las-causas-judiciales-que-afronto-carlos-menem