Pese a que los grandes medios intentan presentarlo como una interna relacionada con el kirchnerismo, la renuncia del jefe del Servicio Penitenciario Federal (SPF), Emiliano Blanco, se veía venir desde hace rato. En esencia porque no tenía control sobre las cárceles, algo que se vio en la rebelión de abril en el penal de Devoto, al que tuvo que concurrir en cuatro oportunidades el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, para que los internos depusieran la actitud. En aquella rebelión hubo también reclamos por manejos económicos del SPF. En paralelo, se produjeron varios allanamientos este miércoles en la Dirección de Inteligencia del SPF, a cargo de un hombre de confianza de Blanco, Cristian Suriano, a raíz de sospechas de espionaje ilegal, lo que incluye las escuchas difundidas el año pasado, pero sobre todo vínculos con organizaciones narco. También fue allanada la Dirección de Seguridad del SPF. No obstante, Suriano había hecho varias denuncias.
La ministra de Justicia, Marcela Losardo, tendrá que decidir si acepta
la renuncia de Blanco y en ese caso designar el reemplazante. Sin embargo, el recambio era esperado desde diciembre. El funcionario fue designado en épocas del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y atravesó en el cargo todo el gobierno de Mauricio Macri.
El diagnóstico del Gobierno era que Blanco ya tenía un fuerte desgaste, internas de envergadura en el propio SPF y una ausencia de liderazgo que derivó en los motines de Devoto, en que los presos tomaron varios pabellones y ganaron los techos. Entre otros reclamos de los internos había numerosos relacionados con el SPF, problemas en la comida y la existencia de una despensa en la cual los precios era insólitamente superiores –más del 100 por ciento– que los que se podían encontrar en cualquier almacén de los alrededores. Según la óptica del Ministerio, las internas y la faltan de conducción derivaron en que tuvo que presentarse Mena para encabezar las negociaciones con los presos.
En el SPF se sabía de la renuncia de Blanco desde la semana pasada. Algunos lo relacionan con que tal vez el funcionario ya estaba al tanto de que se venían fuertes allanamientos ordenados por el juez de Lomas de Zamora, Federico Villena.
Efectivamente esas medidas se concretaron este miércoles en la llamada Dirección de Inteligencia y en la Dirección de Seguridad del SPF. El jefe de Inteligencia, Suriano, es un hombre de estrecha relación con Blanco.
Lo que investiga Villena son operaciones de espionaje ilegal –tal vez vinculadas a las increíbles escuchas realizadas en el penal de Ezeiza a exfuncionarios del gobierno de CFK y difundidas el año pasado– e incluso la relación entre jefes del SPF y una o varias bandas narco. Suriano fue denunciante en su momento.
Como ya adelantó Página/12, el integrante de una de estas organizaciones, que está preso, se presentó como arrepentido y contó sus vínculos con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Es más, el sujeto dijo que la central de espías lo contrató como sicario para poner un explosivo en un edificio donde había vivido el subsecretario de Defensa, José Luis Vila. Villena está investigando también ese caso y por supuesto verificando los dichos del narco, que no tienen por qué ser ciertos. Da la impresión que eso derivó en las medidas tomadas por el juez de Lomas en los allanamientos en el SPF.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/268757-la-salida-de-emiliano-blanco-del-servicio-penitenciario-fede