La Argentina necesita resolver el problema de la inflación reduciéndola a niveles que hagan viable seguir organizando el funcionamiento de la economía.
Pero las políticas de disminución brusca de la inflación suelen ser recesivas. Por eso, la salida es un proceso de descenso gradual. En ese sentido, el titular del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, afirmó que “esperamos que la inflación se desacelere. Lo hemos visto en abril, lo estamos viendo en mayo. Prevemos un proceso de desaceleración persistente pero paulatino, para llegar a niveles normales de inflación”.
Ello es consistente con el hecho de que las variables macroeconómicas están razonablemente controladas. Entonces, la pregunta es por qué siguen aumentando los precios si no están presentes los factores que suelen considerarse como los causantes de esos incrementos. Como venimos insistiendo, se trata principalmente de un problema de expectativas y de puja distributiva en un contexto internacional fuertemente signado por la guerra en Ucrania.
En este escenario, uno de los instrumentos indispensables en la lucha contra la inflación es el desacople de los precios externos de los internos. El Gobierno está concentrado en encontrar herramientas eficaces para lograr ese objetivo. Una de ellas son las retenciones. El presidente, Alberto Fernández, afirmó recientemente: “El precio del trigo sube mucho y tenemos un gran problema para desacoplar el precio interno del externo”. Y agregó: “Hay una riqueza inesperada porque alguien en el mundo empieza a ganar mucho. Es lo que nosotros pedimos que se redistribuya. El instrumento con el que esto se desacopla son las retenciones. Ahora, las retenciones son un tema legislativo y necesito que el Congreso entienda el problema y llegado el caso acompañe una decisión de esta naturaleza”.
Otra herramienta son los cupos a las exportaciones, que se pusieron en práctica con el trigo en la etapa final del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner: los exportadores debían abastecer al mercado local previo a la venta al exterior del excedente. Dada la coyuntura mundial extraordinaria con altísimos precios internacionales, la propuesta a los exportadores podría ser: “Tal cantidad de toneladas de trigo véndanlas en el mercado interno con costo interno y, el beneficio del fuerte aumento del precio internacional de lo que se exporta no se modifica”.
Todo ello en un escenario en el que la economía argentina continúa creciendo. En el primer trimestre de 2022, comparado con igual periodo del 2021, la actividad económica se incrementó en un 6,1% interanual. En el semestre comprendido entre agosto de 2021 y febrero de 2022 unas 119 mil personas ingresaron al mercado laboral como asalariadas del sector privado registrado. Es decir, se generaron 20 mil nuevos empleos por mes.
La semana pasada el Ministerio de Economía consiguió 66.300 millones de pesos adicionales al monto que necesitaba para hacer frente a los vencimientos de deuda interna. Ello le va permitiendo al país depender menos de la emisión para atender el déficit fiscal. Las exportaciones crecieron 35,6% en abril, comparado con el mismo mes del 2021. Al mismo tiempo las importaciones aumentaron 47,3%. En ellas, ocupan un lugar destacado las compras de bienes de capital, maquinarias, herramientas y repuestos, todo lo necesario para sostener la actividad económica.
La Argentina tuvo más de 15.000 millones de dólares de superávit comercial durante el 2021. En el mes de abril de 2022 alcanzamos los 1.444 millones de dólares de superávit y en el primer cuatrimestre de este año 2.830 millones de dólares de acumulado. Y sin vencimientos de deuda, producto de la negociación tanto con acreedores privados como con el Fondo Monetario Internacional, no enfrentamos una situación de asfixia por restricción externa.
El Gobierno, junto al crecimiento, se ocupa de la distribución. Por ejemplo este viernes, el ministro de Economía, Martín Guzmán, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y los secretarios Generales de la CGT, Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano anunciaron el nuevo piso del impuesto a las Ganancias a la cuarta categoría que será, a partir del 1° de junio, de 280.792 pesos mensuales, un 24,3% más que los 225.937 pesos que regían hasta ahora. Consecuentemente, el sueldo anual complementario de aquellos que ganan hasta 280.792 continuará libre de gravamen. La reapertura de las paritarias, consecuencia de la aceleración inflacionaria, produce un efecto no deseado: al aumentar los salarios se incrementa la cantidad de personas alcanzadas por el impuesto a las Ganancias. De allí la necesidad de subir el piso a partir del cual se paga el tributo para que no haya una mayor cantidad de trabajadores y trabajadoras alcanzados. El objetivo es que la misma cantidad de personas que fueron liberadas de pagar el impuesto a las Ganancias a partir de la promulgación de la ley sigan estando exceptuadas. Ello significa que aproximadamente el 90% de los trabajadores y trabajadoras registrados seguirán sin pagar este tributo. El 10% restante, lo hará según lo que establece la ley de impuesto a las Ganancias vigente.
En ese escenario, el ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó que “nuestro gobierno lleva adelante políticas para defender los intereses de los trabajadores y las trabajadoras. Hoy se está verificando un crecimiento de la producción y del empleo y una mejora del poder adquisitivo del salario”.
Luego, el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, haciendo referencia a la repercusión mediática previa señaló “a los que hablaron de presión o de extorsión les digo que esto no se trata de si gana uno u otro. Acá ganaron los trabajadores, debatir soluciones no es pelear sino marcar un camino para encontrar la mejor respuesta a los problemas de los argentinos”.
Durante la presidencia de Mauricio Macri, más de 2.100.000 personas pasaron a tributar el impuesto a las Ganancias, aun cuando se trataba de una gestión que había prometido eliminar ese gravamen. Luego, el actual gobierno logró reducir en aproximadamente 1.200.000 la cantidad de trabajadores y trabajadoras alcanzados.
En un país que crece, el Gobierno sigue trabajando para proteger los ingresos de los argentinos y las argentinas impulsando un modelo de crecimiento con distribución e inclusión, lo que significa pensar siempre prioritariamente en los que menos tienen. Falta mucho pero este es el camino.
* Diputado nacional por el Frente de Todos y presidente del Partido Solidario
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/424951-la-defensa-de-los-ingresos