Jair Bolsonaro llamó "idiotas" a quienes respetan las cuarentenas y el distanciamiento

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a lucir su negacionismo y calificó de “idiotas” a los ciudadanos que respetan el distanciamiento social y las cuarentenas para evitar los contagios por coronavirus. El insulto fue propinado este lunes, al reivindicar la multitudinaria marcha que el domingo llevaron a cabo en Brasilia un grupo de empresarios ruralistas, que contó con la participación del mandatario. 

“El agro no paró de trabajar. Hay algunos idiotas, los que dicen que hay que quedarse en casa. Hay algunos idiotas que hasta hoy están dentro de casa. Si el campo se hubiera quedado en casa, ese que se quedó en casa hubiera muerto de hambre, ese idiota se hubiese muerto de hambre. Se quejan de todo”, afirmó el jefe de Estado de Brasil, uno de los países más afectados por la pandemia, que ya acumula 15.627.243 casos y 435.751 muertes por coronavirus.

Mientras continúa atacando a aquellos que siguiendo las recomendaciones científicas deciden respetar el distanciamiento social, Bolsonaro es investigado por una comisión del Senado por su muy criticada gestión de la pandemia, al tiempo que sigue perdiendo popularidad –con un piso del apenas 24%– y se acerca cada vez más a una posible derrota en las próximas elecciones de 2022. 

En ese marco, la semana pasada el ultraderechista hizo varias denuncias por posibles fraudes futuros, luego de que un sondeo de la consultora Datafolha le adjudicara en primera y segunda vuelta la victoria al exmandatario y líder opositor Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010). Esa encuesta también reveló que el 75% de las personas cree que el Gobierno demoró para comprar vacunas y perdió ofertas de inmunizantes, como los 70 millones de dosis de Pzifer ofrecidas en agosto de 2020.

Este domingo, en la marcha de ruralistas donde no se respetó el uso de barbijos ni el distanciamiento, Bolsonaro volvió a insistir con las denuncias sobre las próximas elecciones y advirtió que Lula da Silva “sólo ganará con fraude” si no se aprueba el proyecto para imprimir el voto de las urnas electrónicas que funcionan desde 1996.

En los últimos dos meses, el presidente viene amenazando también con usar el Ejército para romper las cuarentenas en estados y municipios, advertencia que provocó la renuncia de los jefes de las tres armas, que se han negado a encolumnarse con el ala militar del Gobierno, que se identifica con la defensa de la tortura en la dictadura (1964-1985).

La investigación en su contra

Bolsonaro está siendo investigado por una comisión del Senado que ha revelado que el Gobierno apostó a la cloroquina, un antipalúdico al que intentó darle un matiz milagroso, para que la población no respete las cuarentenas de estados y municipios.

Se espera que este martes, con la declaración del excanciller Ernesto Araújo, la comisión tenga más información para su investigación sobre el rol del Gobierno en la pandemia. Admirador público del expresidente estadounidense Donald Trump, otro negacionista del coronavirus, Araújo encabezó hasta el mes pasado un frente antichina inédito que provocó colisiones con el envío de insumos para el envasado de vacunas CoronaVac y AstraZeneca en Brasil.

La comisión también espera el testimonio pautado para este miércoles del general Eduardo Pazuello, ministro de Salud de mayo de 2020 hasta abril pasado, investigado por distribuir cloroquina como remedio anticovid y de omitir la crisis de oxígeno que mató pacientes en Manaos, Amazonas, en enero.

Previendo el impacto de la declaración del exfuncionario, el Gobierno presentó ante la Corte Suprema un habeas corpus para que Pazuello no sea obligado a declarar contra sí mismo y así evitar una posible detención, pedido que la máxima autoridad judicial otorgó. Su gestión como ministro ha puesto en baja la imagen pública del Ejército, cuyos excomandantes y generales retirados forman parte del ala militar de la gestión.

Por último, el Senado investiga si existieron políticas paralelas comandadas por empresarios, el hijo concejal de Bolsonaro y su administrador de redes, Carlos Bolsonaro, para tratar la pandemia sin los expertos del Ministerio de Salud.