Mauricio Macri dijo, sin sonrojarse, que durante su administración no hubo espionaje. “Eso no existió en nuestro gobierno. Nunca existió una orden de hacer ningún tipo de espionaje. De ninguno”, remarcó en una conversación apacible con el periodista Joaquín Morales Solá. Pese a la negativa de Macri, las causas que se investigan en distintas jurisdicciones del país muestran que se espió y vigiló siguiendo los intereses del entonces mandatario: el espionaje a la entonces principal dirigente opositora, Cristina Fernández de Kirchner, la vigilancia sobre su hermana menor y su pareja hasta los seguimientos a los familiares del submarino ARA San Juan para saber con qué pedidos podían sorprender a Macri.
Desde que dejó el gobierno, Macri acumuló ocho denuncias por las actividades ilegales de todo tipo que se sucedieron en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) mientras estuvo al mando de su amigo Gustavo Arribas. La actual interventora Cristina Caamaño los denunció en Lomas de Zamora por el espionaje contra CFK en el Instituto Patria y en su departamento de Juncal y Uruguay. En Comodoro Py, Macri acumuló junto con los jefes de la AFI una denuncia por hackear mails, por hacer un espionaje masivo antes de las cumbres de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y del G20, por la venta de armas al interior de la exSIDE y juntó tres causas más por administración fraudulenta. El mes pasado, el expresidente terminó también denunciado por los seguimientos a los familiares que, desde Mar del Plata, reclamaban saber qué había pasado con los submarinistas de la Armada Argentina.
A esas denuncias se suman dos causas que preocupan especialmente a Macri. La investigación que tramita en el juzgado federal de Dolores a cargo de Alejo Ramos Padilla, el magistrado que el macrismo volvió un blanco de hostigamiento. Y la de Lomas de Zamora, por el espionaje sobre propios y ajenos, que está en manos del juez Juan Pablo Augé y los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide –a quienes Macri también les dedicó sus críticas–. En esas investigaciones son muchos los indicios que conducen al mismísimo expresidente, que ahora se presenta como víctima de una persecución política.
* Si los Súper Mario Bros quisieron espiar a la hermana menor del presidente, Florencia, y a su pareja, Salvatore Pica, sin autorización de las máximas autoridades de la AFI, deberían ser de lo más osados, sobre todo teniendo en cuenta que Arribas era íntimo amigo del presidente. Hubo, al menos, tres episodios en los que se espió a la pareja, según consta en la causa que tramita en Lomas. A Pica lo espiaron en un club de tenis, declaró una exagente. Otros exintegrantes de la AFI contaron que fueron hasta San Isidro para tomar fotos de la casa donde vivía la pareja desde la vivienda lindera. Un exanalista de la AFI relató que también les habían dado el nombre de Pica para investigarlo desde la base de Contrainteligencia en Villa Martelli. Lo curioso es que Macri ya había estado procesado antes de asumir la presidencia por escuchar a otro cuñado, Néstor Leonardo.
* En Lomas se investigan dos canales por los que subía información ilegal hasta el Poder Ejecutivo. Por un lado, el canal oficial que involucra a los máximos directivos de la AFI. Y otro que iba desde los Súper Mario Bros hasta la excoordinadora de Documentación Presidencial Susana Martinengo y, de ella, al secretario privado de Macri, Darío Nieto. Nieto es probablemente el eslabón más cercano a Macri y tuvo que declarar en Lomas de Zamora el martes pasado. Macri dijo que se cometieron “barbaridades y atropellos” contra su secretario, que está haciendo todo lo posible para que la causa viaje del conurbano a los tribunales de Comodoro Py. El jueves, de hecho, está fijada una audiencia ante la Cámara Federal porteña para tratar ese planteo de Nieto.
* Cuando Martinengo hablaba con el reclutador de los Súper Mario Bros, el agente Jorge Sáez, ella le decía: “El Uno sabe todo”. El otro que solía referirse a “el Uno” era Alan Ruiz, por entonces director de Operaciones Especiales de la AFI, cuando mandó a sus agentes a buscar el bar en el que solía mantener reuniones el camarista Martín Irurzun. Por chat, les advirtió que era “un pedido del Uno”. Si el Cinco era Arribas y la Ocho era Silvia Majdalani, el Uno tenía que ser Macri.
* Macri enfocó sus cañones al ala política de su gobierno, que llevaba las negociaciones con el peronismo. Dos de esas espadas, Emilio Monzó y Nicolás Massot, fueron – casualmente — víctimas de espionaje, al menos en mayo de 2018, por parte de la banda de la AFI que se investiga en Lomas. Los seguimientos a Monzó se detuvieron el 14 de mayo de 2018. Ese mismo día, el espía Leandro Araque compartió una nota que acababa de ser publicada en Clarín y que llevaba por título “Macri vuelve a sumar a Monzó y Frigerio en la mesa de decisiones”. Acto seguido, Sáez contestó: “(Por) eso dicen que no lo sigan … Son unos trapos”.
* En Dolores quedó claro que el falso abogado Marcelo Sebastián D’Alessio, afecto al armado de causas judiciales, tenía terminales en la AFI. Así lo probó el reciente procesamiento de Pablo Pinamonti, quien integró la Agencia como asesor de Arribas, estuvo a cargo del Proyecto AMBA y luego volvió al área de Asuntos Jurídicos de la exSIDE. El Proyecto AMBA incluyó la diseminación de seis nuevas bases de inteligencia en el conurbano – que se sumaron a otras tres históricas en la provincia — y estuvo enfocado desde su génesis al espionaje político, como describió Ramos Padilla. El Proyecto estuvo vigente en 2017, un año electoral clave en el que volvía al ruedo Fernández de Kirchner como candidata a senadora por Buenos Aires. La Dirección de Reunión Buenos Aires — como se llamaba el Proyecto – terminó en medio de acusaciones de espionaje de la entonces gobernadora María Eugenia Vidal.
* Macri seguía de cerca lo que pasaba en la AFI. Eso surge de la carta que envió el columnista de La Nación Carlos Pagni a la Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia en junio. Pagni relató que fue el entonces presidente quien le pidió que fuera al departamento que le prestaba al propio Arribas en Avenida del Libertador. La reunión se realizó el 5 de abril a las 19, tres días después de que Pagni publicara una nota sobre el espionaje que iba desde Lionel Messi hasta el juez Eduardo Freiler.
* La denuncia sobre el espionaje a los familiares del ARA San Juan parece dejar claro el interés de la AFI por mantener bien informado al presidente. En la denuncia que presentó Caamaño figuran tres partes de inteligencia que advierten sobre los temas que los familiares podrían plantearle a Macri en una próxima reunión en Casa Rosada, o que podrían buscarlo cuando viajara a un retiro a Chapadmalal o se hiciera una escapada a Mar del Plata para jugar al golf.
Macri no está solo en la avanzada contra quienes instruyen sus causas. Lo acompañan incluso sectores de su coalición que fueron críticos de los desmanejos de la AFI. Ayer por la tarde, cinco diputados de la Coalición Cívica de Elisa Carrió se presentaron ante el procurador interino Eduardo Casal para pedir el jury de los fiscales de Lomas Incardona y Eyherabide. El fondo de su acusación está vinculado al teléfono de Nieto. Dicen que pudo haber sido alterado y que se filtró información sobre el expresidente que estaba almacenada en el aparato.
Por la supuesta manipulación del teléfono, Nieto presentó una denuncia en Comodoro Py que está siendo revisada por la Cámara Federal, después de que tanto el fiscal Jorge Di Lello como el juez Marcelo Martínez de Giorgi rechazaran darle curso. Sobre la filtración de los datos de Macri, diez diputados del PRO presentaron una denuncia la semana pasada que cayó en el juzgado 6, que subroga María Eugenia Capuchetti. Pero los lilitos apuntan especialmente a la causa que está en manos del fiscal Eduardo Taiano y de la jueza María Servini sobre la filtración de las actas de la AFI, que tuvo movimientos en los últimos días.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/298997-espionaje-ilegal-las-pruebas-judiciales-que-desmienten-a-mau