Desde Brasilia. El Supremo Tribunal Federal reinició en la tarde de hoy la sesión, suspendida desde fines del mes pasado, en la que se decidirá si Luiz Inácio Lula da Silva recuperará la libertad. Desde la mañana circularon rumores, mezclados con informaciones posiblemente intoxicadas, sobre cuál será la posición del máximo tribunal cuyas decisiones suelen responden a presiones políticas ( y/o militares) antes que a lo prescripto por la Constitución y el Código de Proceso Penal.
Los once jueces debaten en el Palacio de Justicia, frente a la Plaza de los Tres Poderes de Brasilia, si el líder del Partido de los Trabajadores puede ser excarcelado antes de agotar las cuatro instancias de apelación o debe permanecer encerrado en la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba. Allí fue ingresado en abril del año pasado tras una condena del Tribunal Regional Federal 4 de Porto Alegre, que confirmó la sentencia de Sergio Moro, el ex juez de la primera instancia de Curitiba, cuya labor política en la causa Lava Jato lo catapultó al Ministerio de Justicia y Seguridad Pública del gobierno de Jair Bolsonaro.
Hasta el momento cuatro jueces del Supremo votaron contra Lula y tres a favor: hoy deben pronunciarse los cuatro restantes, entre ellos Antonio Dias Toffoli, el ubicuo presidente del máximo tribunal.
Los generales y Globo
En 2018 horas antes de que el Supremo se pronunciara sobre un habeas corpus a favor de Lula, el entonces jefe del Ejército, general Eduardo Villas Boas, soltó un tuit intimidatorio sobre la jueza Rosa Weber para que su voto, que era el fiel de la balanza, garantizara la prisión del candidato a la presidencia. El mensaje de menos de 140 caracteres bastó para que Weber echara por tierra con sus posiciones anteriores y apoyara el arresto : con ello el ex presidente fue proscripto, allanando el camino para el triunfo de Bolsonaro. En enero de este año, poco después de asumir la presidencia, el capitán retirado agradeció públicamente a Villas Boas su contribución en el resultado de los comicios de octubre de 2018.
El mismo general, ahora consejero del gobierno, divulgó otro tuit el mes pasado advirtiendo a los magistrados que no osaran abrir la puerta de la celda de Curitiba.
Esta vez la presión del militar fue contestada por algunos jueces, dando indicios de que podrían actuar con alguna autonomía. Aun así, estas respuestas tímidas no demuestran que se hayan librado de la tutela de las fuerzas armadas.
Del otro lado de la Plaza de los Tres Poderes está el Palacio del Planalto, donde Bolsonaro repitió su deseo de que Lula “se pudra en la cárcel”.
Hoy por la mañana hubo un temporal en Brasilia, donde llovió en una hora lo mismo que en todo octubre. Esto hizo que los manifestantes lulistas tuvieran que aguardar para apostarse frente al Supremo, igual que la marcha de indígenas convocada para protestar contra el “genocidio de Bolsonaro en la Amazonia”. Al mediodía, dos horas antes del inicio de la sesión del Supremo la lluvia había parado. A esa hora, en la cadena de radios del grupo Globo, su columnista más influyente, Merval Pereira, amonestó a los jueces que el mes pasado se manifestaron a favor de Lula y recomendó al titular de la Corte, Antonio Dias Toffoli, que proponga alguna medida dilatoria.
Todo para postergar indefinidamente la excarcelación del político que acaba de cumplir 74 años. Los militares, Globo y Bolsonaro tienen conciencia que la salida de Lula tendría el efecto de un huracán sobre el desgastado gobierno del ex militar.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/229720-el-tribunal-supremo-de-brasil-reanudo-la-discusion-sobre-lul