El papa Francisco pidió trabajar por una "coexistencia democrática" en Myanmar 

El papa Francisco expresó este domingo su “solidaridad con el pueblo birmano” después del golpe de Estado que llevó adelante el ejército de Myanmar. El pontífice instó a las fuerzas armadas a trabajar a favor de una “coexistencia democrática”. Mientras tanto, decenas de miles de personas han tomado las calles del país asiático para reclamar el retorno de la democracia.

“Rezo por que quienes asumen responsabilidades en el país se comprometan, con sincera disponibilidad, al servicio del bien común, promoviendo la justicia social y la estabilidad nacional en favor de una coexistencia democrática armoniosa”, afirmó Francisco después de la oración del Ángelus en el Vaticano.

“En este momento delicado quiero mostrar mi cercanía espiritual, mi oración y solidaridad al pueblo birmano y espero que los tienen responsabilidades trabajen con sincera disponibilidad al servicio del bien común proponiendo justicia social y estabilidad para una armoniosa convivencia democrática”, agregó el máximo representante de la Iglesia católica.

El llamado del Papa se produce en un momento en el que el pueblo de Myanmar ha tomado las calles para pronunciarse en contra del golpe de Estado encabezado por el general Min Aung Hlaing, que depuso el lunes pasado al gobierno democrático de Aung San Suu Kyi, quien se encuentra detenida.

Además de arrestar a funcionarios y partidarios de Suu Kyi, el gobierno de facto bloqueó redes sociales y el acceso a Internet. Según denunciaron desde la Organización de la Sociedad Civil de Myanmar y Amnistía Internacional, los militares habían interrumpido la conectividad, aunque ahora se estaría normalizando el servicio.

“En este momento tan delicado, quiero volver a asegurar al pueblo birmano mi cercanía espiritual, mi oración y mi solidaridad”, declaró Francisco durante la misa del domingo.

En 2017, el papa visitó Myanmar donde mostró su apoyo al pueblo rohingya, una minoría musulmana perseguida, reprimida y obligada a huir de Myanmar. “La presencia de Dios también se llama rohingya”, dijo el pontífice en el discurso que pronunció durante su visita.