Algunos gestos de Elisa Carrió indican que piensa cumplir su promesa de retirarse: el 1 de marzo se hace efectiva la renuncia que ya presentó a su banca como diputada, está preparando un libro con su memoria legislativa (son varios tomos, dicen a su lado), piensa dar clases y charlas sobre humanismo. En cambio, otras rutinas indican que su salida de la actividad política no está tan definida: lee los diarios todos los días, llama a sus allegados para plantearles distintos temas de coyuntura, se sigue reuniendo con legisladores de su espacio -hace días posó junto a uno de ellos con su nuevo corte de pelo carré- y todavía tiene comunicación con el ex presidente Mauricio Macri, aunque ya no asiste a las reuniones de la mesa directiva de Juntos por el Cambio. Por lo pronto, Macri tampoco.
Carrió anunció que se retiraba de la política partidaria días después de la derrota de Macri en octubre. Para dejar en claro que iba en serio, le envió su renuncia a su banca de diputada al entonces presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, un dirigente con el que sigue enemistada. La dimisión, por más que la presentó hace meses, aclaró que se hacía efectiva el 1 de marzo, el día que Alberto Fernández se dirigirá a la asamblea legislativa. Mientras tanto, siguió tramitando su jubilación. Cerca de la líder de la Coalición Cívica, advierten que está pasando por diversos problemas de salud, que arrastra hace años y que el cuerpo ya no la acompaña para hacer grandes esfuerzos. En otros espacios políticos -ya sean aliados a ella o adversarios- descreen de que realmente se vaya a retirar de la política. O, en todo caso, que se vaya a ir por mucho tiempo. Piensan que Carrió siempre encuentra un motivo para volver.
Algunas de las cosas que piensa hacer parecerían indicar el camino del retiro. Estuvo trabajando en un libro con la memoria de sus 25 años como diputada y como convencional constituyente: sus proyectos de ley, sus discursos y otros escritos políticos. Según algunas de las personas que la frecuentan, podría llegar a abarcar varios tomos (llegaría a las 18 mil páginas). Tiene pensado presentarlo hacia abril o mayo. Ya presentó “Vida”, una autobiografía, en pleno 2019.
Además, Carrió está pensando en la docencia. No tiene cerrado en qué casa de estudios lo hará (si nacional o de otro país), pero su idea es dar clases. Piensa dedicarse a formar cuadros políticos “en humanismo”. También tiene la idea de viajar bastante por las provincias para fortalecer su espacio, lo que va contra algunas indicaciones médicas. “Su idea es dar charlas sobre humanismo”, cuentan en su entorno.
Hasta aquí, todos parecen ser los planes de una política que planea su retiro y, en todo caso, ocupa un lugar de una figura emérita en su espacio político. No obstante, los viejos hábitos son difíciles de olvidar: todos los días Carrió lee los diarios y llama a dirigentes de su espacio político. A algunos les manda WhatsApp, una herramienta que aprendió a dominar hace poco, pero que usa como chiche nuevo.
Los que habitualmente reciben sus mensajes son el titular de la CC-ARI, Maximiliano Ferraro (que es el que suele asistir a las reuniones de la mesa directiva de Juntos por el Cambio), Maricel Etchecoin Moro, el diputado y abogado Juan López y Paula Oliveto. Es decir, su círculo más próximo. También está en contacto con el bloque de Legisladores porteños: recientemente recibió a Claudio Cingolani. A todos les habla de estrategias parlamentarias ante el nuevo Gobierno y recomienda proyectos para bajar impuestos. No obstante, todo lo hace en forma homeopática y no está en el día a día.
También mantiene, aunque de manera esporádica, el contacto con Macri. La última vez que hablaron fue cuando el ex presidente la llamó para adelantarle que aceptaría un cargo en la FIFA. Casi un reflejo que le quedó de sus años de Gobierno, cuando le avisaba a Carrió las decisiones para que ella no lo criticara por enterarse por los medios. También tiene conversaciones con el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, y con la ex gobernadora María Eugenia Vidal. “Sigue pendiente de todo”, dicen quienes la conocen.
¿Carrió se retira o no se retira? Nadie lo sabe a ciencia cierta. “No hay quien te pueda dar una respuesta definitiva a eso -explicó un legislador que la conoce hace tiempo- Supongo que dependerá de cómo esté el país al mediano plazo. Si hay cierta normalidad garantizada, ella estará más lejos de la política. Si hay alguna crisis, es posible que la volvamos a tener de protagonista”. “Igual, ella tiene en claro que este es el momento de Alberto”, completó.
Sale poco de Capilla del Señor y, además de leer los diarios, medita todas las mañanas entre cruces y vírgenes que reunió en su casa. De hecho, desde las últimas sesiones de 2019 ya no volvió al Congreso. Un lugar que recorrió desde la comisión de Lavado de Dinero, que la enfrentó con Cristina Fernández de Kirchner, hasta las turbulentas discusiones en la época de Cambiemos, que fueron su oposición férrea a la ley de aborto legal, seguro y gratuito a la defensa de lo actuado por Cambiemos.
En una conversación que se publicó en el diario La Nación, Carrió dijo que le están buscando novio. “No estoy loca, yo tengo una estrategia; pero en los hombres es lineal y en las mujeres, circular. Por eso a veces no la entienden”, acotó. Y llegó a decir que ya tiene separada una parcela para que la entierren en Paraná. Aunque quizás sea muy pronto para ir encargando el féretro para su carrera política.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/249215-el-futuro-de-elisa-carrio-deja-la-banca-pero-no-la-rosca-pol