En 2020 Joel se llevó “todas las materias menos Educación Física”. Cursaba quinto año secundario en Ingeniero Huergo, una localidad valletana de Río Negro. La falta de conectividad fue el motivo, pero también “no estar con los compañeros”, dice. Cerca, en General Roca, Cristian, durante el ASPO cursaba tercer año en una escuela agrotécnica. Se llevó “hasta educación física”. Justo él que ama el fútbol y el deporte y se vino a terminar el secundario en González Catán para probarse “en los clubes de AFA”. Para eso aprobó tercero y cuarto años juntos, en 2021. Apoyado por los docentes de su colegio técnico. Joel solo debe dos materias. Apunta a “recibirse en febrero”, también apuntalado por el cuerpo docente de su colegio.
Sin embargo, según sostuvo esta semana Soledad Acuña, ministra de Educación de la Ciudad, el manejo de la vinculación educativa tuvo en CABA un destino muy diferente al resto del país. Sostuvo que, en pandemia, 6.500 alumnos abandonaron la escuela y solo 100 aún no regresaban a las aulas. “Esto lo podemos hacer porque tenemos información, base de datos y legajos. Sabemos dónde vive cada estudiante, cuál es su realidad y pudimos buscarlos a tiempo”, manifestó. En otras regiones “ya es tarde” para esta reinserción, ya que los chicos “cayeron” en el narcotráfico, están “perdidos” en los pasillos de una villa o tuvieron que salir a trabajar.
Las palabras de Acuña no solo niegan la recuperación de las trayectorias educativas que se dan, gradualmente en todo el país, como demuestran los datos del Ministerio de Educación de la Nación. También desconoce la práctica de su propio distrito donde los programas de mayor impacto en barrios populares no cuentan con nóminas de estudiantes desvinculados: “Trabajamos por los barrios, caminando los pasillos, hablando con las familias, caso por caso” explica Hugo Benítez, docente del programa Puentes Educativos que se inició en 2001 en CABA y sostiene su continuidad en la cartera educativa de Ciudad, en barrios populares como la ex villa 1-11-14.
Ante los dichos de la ministra, cargados de discriminación y desconocimiento, como apuntan los docentes del sistema público nacional, el Órgano Garante del Derecho de Acceso a la Información de CABA resolvió hacer lugar al reclamo interpuesto por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia, y ordenó al Ministerio que conduce Acuña “entregar, en el plazo de 10 días hábiles, las estadísticas del sistema educativo que permitan conocer el impacto de la pandemia y la profundización de desigualdades en las trayectorias escolares de niñas, niños y adolescentes. En particular, la información cuantitativa sobre el abandono escolar durante este período”.
Reinsertarse
Uno de los programas que contradice con actos las palabras de Acuña, lleva el nombre: “Volvé a la escuela”. Funciona desde hace 10 años en el municipio de San Martín, y ya se implementa a nivel nacional en una suerte de continuidad del programa “Acompañar”. “Busca la reinserción y sostener la permanencia en la escuela –señalan desde Nación–. Lo reincorporo y una vez que está en la escuela trato de fortalecerlo. Y cada provincia lo adapta. Ciudad también. La intervención es en primaria o secundaria, el nivel inicial no está afectado y la primaria está mucho mejor que la secundaria”.
Cristian y Joel, no tuvieron la asistencia de estos programas, pero si un claro acompañamiento docente. Sus casos expresan logros, faros insignias ante un futuro incierto gestado en la dificultad que presentó la continuidad de la trayectoria educativa en los tiempos del coronavirus. Expresan la tendencia que se manifestó en secundarios, porque en primaria “prácticamente no hubo abandono”, señalan desde Nación. “Y podría haber sido peor si no hubiéramos tenido programas de revinculación”, puntualizan los docentes consultados, de CABA y provincia de Buenos Aires.
Los organismos oficiales y de la sociedad civil, sobre todo las organizaciones sociales que trabajan en poblaciones vulnerables son clave en el proceso. Tanto en Nación como en CABA. También están las estrategias que aportan los mismos jóvenes. Entre estos se destaca Reconectades, la propuesta nace de los Centros de Estudiantes Secundarios y ya interviene en 16 provincias, con voluntarios que acompañan a otros jóvenes con dificultad en su vinculación pedagógica. Desde Reconectades se hace “seguimiento y apoyo por WhatsApp”, con tutores “que llamamos: compinchis” explica Germán Castelli, de La efervescente, una agrupación estudiantil del Frente de Todos de CABA que motoriza la iniciativa desde mediados de 2021.
La continuidad pedagógica, y no la vinculación con la escuela, fue lo que se expuso en pandemia, refieren los docentes. “Porque las escuelas siguieron abiertas, entregaban alimentos y también se entregaban las tareas”, recuerda Germán Sánchez, docente de provincia de Buenos Aires. “Después salió el ATR (Acompañamiento en Trayectorias de Revinculación) y se logró recuperar un alto porcentaje de chicos”, señala Sánchez, quien sigue trabajando en el programa en Open Door, en el municipio de Luján.
Según el Ministerio de Educación de Nación, en 2020, la desvinculación afectó a más de un millón de chicos. Casi un 10 por ciento de la población estudiantil si se considera el total de 11.556.007 alumnos que componen la matrícula de nivel inicial, primario, secundario y superior no universitario. Los motivos refieren a cuestiones económicas y conectividad principalmente.
En todo el país
Hoy desde Nación hay una batería de recursos: desde el Volvé a la escuela, al Progresar. El ministro Jaime Perczyk detalla que incluyen becas, acompañamiento, bibliografía y campañas de vacunación. Un fondo de 5.000 millones de pesos se destina al acompañamiento en 190 días de clases, en las 24 jurisdicciones (incluye CABA), a infraestructura escolar –en 14.000 escuelas entre secundarias técnicas y agrarias— y asistencia a más de 15.000 cooperadoras.
“Conectar Igualdad entregará otras 600.000 computadoras, en tanto Conectar Escuelas, busca dar conectividad al 90 por ciento del sistema público en todo el país. Libros para aprender, entregará 7.171.652 de libros a 3.577.464 estudiantes de 18.849 escuelas primarias públicas de gestión estatal, privadas de cuota cero y de oferta única” confirman desde Nación. El dispositivo incluye un complemento sanitario con una campaña conjunta con Salud: Nos vacunamos para ir a la escuela. Esto busca iniciar el ciclo 2022 con presencialidad plena y segura desde tres ejes: vacunación pediátrica anticovid y la dosis de refuerzo para los docentes.
En la estrategia ministerial, el Progresar es esencial. “Es una política activa que amplió y protegió derechos de chicas, chicos y de sus familias”, afirma Perczyk sobre el programa iniciado en 2014. Y añade: “Para una Argentina más justa y federal es necesario educación pública de calidad, y como Estado somos responsables de que las y los estudiantes estén en la escuela y terminen sus estudios”. Hoy, con esta beca para estudiantes de 16 y 17 años “invertimos y trabajamos para mantener la presencialidad plena –detalla el ministro–, y solucionar los problemas que tuvimos y tenemos”. Se prevé que se alcance a 1.030.000 jóvenes.
La provincia, cuna de políticas activas
En provincia de Buenos Aires se trabaja con unidades que se mantienen activas en el verano. Es el programa de Acompañamiento a Trayectorias de Revinculación (ATR) con el que se llega “hasta las casas de los chicos si es necesario”, refiere Germán Sánchez, docente y miembro del ATR en Luján. “Vamos con nuestros autos, hay mucho de voluntariado, porque si un chico abandona es difícil que vuelva solo, y si no lo hace pronto, probablemente no regrese” describe. Conoce el ámbito, es maestro jubilado.
En el municipio de San Martín se celebran 10 años del Volvé a la escuela: allí durante la gestión como intendente de Gabriel Katopodis, nació el programa que hoy es nacional. Gustavo Perazzo, subsecretario de educación del municipio señala: “ Soledad Acuña nos hizo el favor de hacer el lanzamiento de este año del programa, nos instaló en la agenda”. Comenzaron en 2013 pidiendo al sistema educativo la nómina de alumnos que habían dejado la escuela. “No los llamamos desertores que es un término militar –subraya Perazzo– y pone la carga del abandono en los pibes o pibas, como Acuña que les carga la responsabilidad a los pibes, no es así. Y les enviamos una carta por correo, invitando a que se acerquen al sistema educativo para ver las posibilidades de volver a la escuela, primaria y secundaria”.
Lo que pasó fue sintomático: los adolescentes venían acompañados por un adulto, que también quería retomar los estudios, por eso decimos que Volvé a la escuela no tiene límite de edad. Y por eso salimos a responderle a Acuña. Las puertas del colegio siempre están abiertas para quien que quiere volver y el Estado no se puede alejar de eso”, sostiene el funcionario, que es también docente. Desde ese inicio, el programa tiene un abordaje territorial: durante febrero los voluntarios recorren “barrio por barrio, casa por casa”, con una encuesta que hoy es educativas, sanitarias y sociocultural.
Mundo CABA
En CABA los programas de reinserción tienen sus exponentes más definidos en la propuesta de Puentes Educativos y el Programa de Alfabetización Educativa Básica y Trabajo (PAEBYT) es otro. Puentes ofrece seguimiento pedagógico y también en talleres de oficios. Junto a ellos 30 sedes de bachilleratos populares, de los 100 que hay en el país, promueven en jóvenes y adultos la posibilidad de finalizar los estudios. Como el plan FinEs, de nivel nacional. Estas estrategias, desmienten las palabras de Acuña, y al mismo tiempo, señalan que su teoría del “descarte” –ya que según la ministra los jóvenes “están perdidos”– solo demuestra la concepción discriminatoria de su posición.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/397060-el-debate-por-el-abandono-escolar-y-las-politicas-activas-de