Los reclusos de la cárcel mendocina de Boulogne Sur Mer protestan por las condiciones carcelarias en las que se encuentran frente a la covid-19. Son unos 200 y lo hicieron al igual que los presos de Devoto, sobre los techos del penal. La semana pasada habían realizado una huelga de hambre y se cosieron los labios. Aunque la tensión persiste, en este momento están negociando con las autoridades penitencarias, el director de servicio penitenciario Eduardo Orellana junto al Ministro de Seguridad Raúl Levrino encabezan las conversaciones.
Ayer, unos cien presos del penal mendocino de Boulogne Sur Mer se subieron por más de dos horas a los techos de un sector de la unidad en reclamo de beneficios ante la pandemia del coronavirus. Las autoridades dijeron que exigían una mesa de diálogo y la presencia de la justicia, algo que comenzó a concretarse hoy en un encuentro donde se analizarían quiénes pueden acceder a beneficios.
Según Orellana, “hubo unos disparos (por parte de los guardias) que buscaron en un principio controlar la situación y ellos (por los presos) inmediatamente empezaron a reclamar la presencia de alguna autoridad penitenciaria”, relató. Ante la promesa de ser escuchados “inmediatamente la situación finalizó, cumplieron con su palabra de bajarse de los techos y no producir daños”.
El Comité Provincial de Prevención de la Tortura se había presentado en el penal para entrevistar a presos que se encuentran en huelga de hambre desde hace dos semanas en reclamo de: celeridad en el otorgamiento de prisiones domiciliarias a personas que integran grupos de riesgo enmarcados en COVID 19; pronta resolución de libertad asistida y condicional; aplicación de protocolos de salud en los complejos penitenciarios y entrega de elementos de limpieza.
“En definitiva, se solicita descomprimir la población carcelaria para garantizar condiciones de salud”, indicó el Comité.
Desde la semana pasada en Boulogne Sur Mer y San Felipe algunos presos iniciaron una huelga de hambre también como medida de protesta, viralizando algunas fotos de ellos con la boca cosida.
Además, las mujeres que están alojadas en la cárcel de El Borbollón también tomaron medidas. Si bien las reclusas no se cosieron los labios, también se plegaron a la protesta que se está llevando adelante en varias cárceles de Argentina. Las presas se taparon la boca en señal de huelga de hambre y realizaron carteles. Ellas tuvieron su propia refriega en reclamo de que las dejen usar teléfonos celulares, autorizados en todos los penales de la provincia hasta que vuelvan las visitas. Sin embargo, la directora no accedió y ante un ruidazo fueron reprimidas con balas de goma, como informó PáginaI12 ayer.
Las personas privadas de su libertad sostienen que es imposible el aislamiento por coronavirus en la cárcel, y vienen adoptando estas medidas extremas para visibilizar su pedido porque temen que el virus se propague en los complejos penitenciarios debido al hacinamiento y las “malas condiciones de limpieza”. La Comisión Provincial por la Memoria advirtió que “la prioridad es salvar vidas” y que “si el virus ingresa en los ámbitos carcelarios colapsarán todos los servicios de salud y no tendrán capacidad para atender a ellos ni a nadie“.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/262622-coronavirus-en-una-carcel-de-mendoza-los-presos-que-se-cosie