Con ruido de fondo por los reajustes que provocó, terminó de instalarse la fórmula de Unión por la Patria formada por Sergio Massa y Agustín Rossi. En un contexto inadecuado, Cristina Kirchner confirmó y defendió una decisión que había provocado enojos y críticas. En Juntos por el Cambio los movimientos en el campamento adversario provocaron desconcierto y reacomodos para defender una base electoral de la que hasta ahora se habían considerado propietarios indiscutidos.
Tras el lanzamiento de Wado de Pedro, una figura querida en el kirchnerismo, su abrupto reemplazo por Massa generó protestas, aunque el mismo Wado lo aceptó sin objeciones. Al otro día del anuncio, se realizó la entrega del avión de los vuelos de la muerte. Alberto Fernández estaba en Brasil y el acto lo encabezaron Massa —porque el trámite de repatriación se hizo a través de Economía— y Cristina Kirchner.
La confluencia en esas circunstancias derivó en la problemática de las listas. El escenario no era el mejor. Mientras Massa y Cristina hablaban, detrás asomaba la silueta ominosa del avión en el que fueron arrojados al mar miles de prisioneros durante la dictadura. Es cierto que la expectativa presionaba por definiciones y aclaraciones. Pero la presencia del avión ponía una laguna emotiva que no se compadecía con lo que hablaban.
Cristina reivindicó a Wado como candidato del kirchnerismo si había una PASO como la que se planteaba con el albertismo y Daniel Scioli. En tanto que caracterizó a la fórmula Massa-Rossi como de consenso. Mientras a un sector de la militancia se le hizo difícil acomodarlo, el anuncio hizo avanzar varios casilleros a Unión por la Patria en el tablero de las encuestas.
Massa-Rossi salieron a disputar un electorado de centro que había sido abandonado por Juntos por el Cambio, abocados a neutralizar la sangría que les producía por derecha Javier Milei. El macrismo se consideraba propietario de esa franja centrista y derechizó el discurso suponiendo que la la tenía atada.
El anuncio de Unión por la Patria desbarató esa estrategia y la puso en crisis. Pero el centro ahora está en disputa. Patricia Bullrich radicalizó el discurso y le resultará difícil en la general buscar el voto moderado. Y Larreta, que trataba de mostrar que en el centro moderado estaba la cantera más importante, ahora la tiene más disputada.
En el kirchnerismo también sacan cuentas. Si Wado era el candidato, tendrían que haber cedido muchos lugares en las listas. Y si perdía, quedaban al descampado. En la situación actual, al encabezar la fórmula Massa, en retribución le corresponde la mayoría de los lugares en las listas de legisladores y puede ordenar mejor la puja en las intendencias. Le conviene que la UP alcance la mayor cantidad de votos para hacer entrar más legisladores. Y de esa manera, aunque se pierda la elección, el kirchnerismo quedaría menos vulnerable en la oposición.
Más allá de las matemáticas, la fórmula hizo entrar a Unión por la Patria en punta, muy competitiva para las elecciones.
El macrismo entró en fase de barbarie: Larreta aseguró que el gobierno de Macri fue un fracaso y entonces Bullrich lo acusó de “ventajero, oportunista, deleznable y de una enorme bajeza moral”. Larreta disputa con ferocidad el territorio de electores más retrógrados y rústicos con la elección de Gerardo Morales como su vice.
Después de recibir un fuerte respaldo en las urnas, el gobernador de Jujuy, que a su vez es el jefe de la Unión Cívica Radical, afronta la eclosión de una protesta masiva. En vez de escuchar los reclamos y buscar soluciones, Morales se montó en la represión brutal como su caballito de batalla electoral. Se jacta de haber arrasado la provincia con la represión y de la persecución de los jujeños que reclaman.
El macrismo respaldó en conferencia de prensa la represión en Jujuy. Morales mintió y denunció que las protestas de los maestros, los municipales y los mineros por salarios y de los pueblos originarios por sus tierras son orquestadas por el kirchnerismo y el gobierno. Hizo denuncias de militantes detenidos en la frontera provincial con una fortuna para pagarle a los manifestantes. Nunca mostró pruebas. Hizo perseguir en camionetas privadas a manifestantes hasta sus domicilios, para después allanarlos sin orden judicial, infiltró los actos y los cortes y los manifestantes son individualizados y perseguidos, algunos emboscados para sufrir golpizas y recibir amenazas anónimas. Decenas de detenidos permanecen hasta último momento sin contacto con sus familiares.
Como no le interesa solucionar el problema porque en el pasado la mano dura le retribuyó, Morales mantuvo el conflicto y exhibió una faz patológica de su obsesión con Milagro Sala. Hace siete años y medio que la dirigente social está injustamente detenida, acusada con las mismas mentiras que usa ahora Morales contra los manifestantes.
Si se compara el volumen de la obra que realizó la organización de Milagro, con el dinero que recibió y por el que la acusan de corrupción, solamente un idiota puede creer esas acusaciones. Con la misma plata, una constructora privada no hubiera construido ni la mitad de las obras que realizó Milagro. Después de siete años y medio de hostigamiento, persecución y aislamiento, solamente un idiota puede creer que Milagro haya organizado las protestas actuales en Jujuy.
Pero Morales se monta en la demonización sistemática de los medios para ensañarse y hacer con ella un castigo ejemplar para que lo vean sus electores. Desde que empezó la protesta, Milagro está en prisión domiciliaria por motivos de salud, ya que sufre una trombosis venosa profunda. Su marido, Raúl Noro, estaba hospitalizado y como su enfermedad entró en fase terminal, pidió ser llevado a su casa para pasar sus últimos días con Milagro.
Morales mandó un grupo de médicos que ordenó su retorno a la cárcel para una nueva junta médica. Milagro se negó porque no se puede mover sin orden del juez. Entonces otro juez ordenó el allanamiento de su casa para investigar la organización de las protestas. Revolvieron toda la casa, se llevaron dinero, celulares y computadoras y Noro se descompensó. Milagro llamó a urgencias. Los policías dejaron entrar a los médicos y después no los dejaban salir. La conferencia de prensa y la candidatura a vicepresidente de Morales proyectó a la maltratada provincia de Jujuy como propuesta política y modelo de país que ofrece el macrismo.
En otro plano, dos candidatos ignotos del partido de Milei trataron de generar polémica al discriminar a un candidato macrista por su discapacidad y a Luis Juez, por haber llevado a votar a su hija discapacitada. Sin escrúpulos, son capaces de las acciones más sucias y crueles para que los medios hablen de ellos. Wado se solidarizó con el candidato macrista que, en vez de enojarse con el discriminador —con el que tiene más afinidad ideológica— acusó a Wado de Pedro de usar políticamente el brete. Lo cual es cierto, pero no de forma partidaria, sino porque es reconocido que Wado ha sido un activo luchador contra estos prejuicios.
En el caso de Juez, declaró que perdonaba a la discriminadora, a pesar del daño que le había hecho a su familia. Pero el mismo Juez acusó a sus adversarios de ganarle las elecciones regalando droga. No presentó una sola prueba. Tampoco le importa el daño que hacen esas acusaciones falsas a la familia de los acusados.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/563892-competencia-y-salvajismo