El Frente de Todos, después del terremoto que generó la semana pasada el cruce entre el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro y el presidente Alberto Fernández, pareciera haber encontrado, por ahora, un momento de calma. Eso no fue magia: durante el fin de semana hubo llamados, mensajes cruzados y negociaciones entre los principales referentes del oficialismo: Cristina Fernández de Kirchner; Alberto Fernández y Sergio Massa. No fue un encuentro presencial entre todos, ni tampoco un zoom, como se dijo, sino que, como es habitual, Massa habló y visitó a Cristina y también hizo lo propio con Alberto. El presidente y la Vice, en tanto, intercambiaron mensajes por Télegram. Aquella tregua permitió el encuentro pacífico del martes en Merlo y tal vez el comienzo del armado de la famosa “mesa política nacional”, que, según confirmaron desde el entorno del Presidente, se llevará a cabo en los próximos días –después de meses de postergación– para empezar a delinear la estrategia electoral y marcar “las reglas del juego”.
Los tres líderes del FdT acordaron “en los mejores términos”, culminar con la polémica y las discusiones internas que cada vez escalaban más después del off the record que difundieron desde el entorno de De Pedro; la posterior respuesta de los albertistas –Victoria Tolosa Paz y Aníbal Fernández– y con lo que más tarde le contestaron desde el kirchnerismo. “El presidente, la vicepresidenta y el ministro de Economía son los representantes de las tres cabezas de esta coalición y, por lo tanto, conversan cada vez que lo consideran necesario“, explicó sobre esos diálogos la vocera presidencial, Gabriela Cerruti.
Lo cierto es que el fin de semana el clima estaba viciado y, tras enterarse que su ministro político había dicho que él “no tenía códigos” el Presidente no solo había evaluado reemplazar a De Pedro, sino que –dicen– hasta tenía el nombre de una mujer para que ocupe su lugar. La versión que consignó que durante el fin de semana hubo un zoom entre los tres líderes de la coalición para saldar esta cuestión, fue descartada de cuajo por uno de los supuestos participantes del encuentro: “Falso”, dijo a este diario. Lo cierto es que la bomba se desactivó con los intercambios que ocurrieron por mensajes y llamados entre CFK y Massa, entre Massa y Alberto y por mensajes de Telegram entre el Presidente y CFK durante el fin de semana y el lunes. Ese proceso, que contó con intermediarios que trataban de ayudar –entre ellos un diputado que tiene contacto con todas las terminales oficialistas–, terminó con la rectificación que De Pedro hizo el lunes por la noche en sus redes.
“Los que tenemos responsabilidades políticas debemos aportar sensatez, porque hay cosas más importantes en juego“, dijo el ministro después de días de tensión y al finalizar una jornada en la que los rumores de su eyección del gabinete eran cada vez más fuertes. Nada de eso ocurrió porque no iba a ser gratuito para el Presidente desplazar de Casa Rosada al alfil de CFK. Podía, incluso, significar el fin del FDT.
Cerca de De Pedro, ya con la espuma más baja, dicen que el ministro “no creyó que Alberto lo haya tachado de una lista para que él no participe del encuentro con los organismos de DDHH”, simplemente aclararon que consideraron que se trató de un reclamo válido porque “le dolió”, que no hayan pensado en él como alguien importante para estar presente por su militancia en HIJOS. A su vez, confirmaron que hay un diálogo fluido entre el de Pedro y el vicejefe de gabinete, Juan Manuel Olmos, que es el encargado de organizar la mesa política, por orden de Fernández.
Después del off y las declaraciones cruzadas de los días posteriores, la situación había escalado demasiado y las cúpulas oficialistas definieron que era necesario intercambiar mensajes para bajar los decibeles. El presidente, por ejemplo, argumentaba que “también por un off”, él había tenido que desplazar del gabinete a su ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. Del otro lado le decían que la situación era distinta porque Kulfas los había acusado de corruptos. También recordaron que Wado fue uno de los que formó el FdT en 2017 e, incluso, la persona que le comunicó a Fernández que sería presidente. “Wado sabe que el futuro político son las coaliciones y que lo más sano es discutir en ese ámbito. Siempre va a trabajar para proyectar y que crezca el FdT”, dijeron desde su entorno a este diario poniendo un punto final a la polémica.
El lunes, tan solo unos minutos después de publicado el tuit de Wado –como si estuvieran esperando las disculpas públicas para activar el anuncio– los voceros de las distintas tribus oficialistas empezaron a difundir la gacetilla que confirmaba que se haría la reunión de intendentes en Merlo y que participarían de ella Massa, Wado, Máximo Kirchner, Axel Kicillof y otros ministros cercanos al presidente como Gabriel Katopodis y Santiago Maggiotti. Allí, como contó este diario, se terminó de acomodar el tablero en la provincia de Buenos Aires y hablaron repetir la fórmula Kicillof- Magario. Durante el asado no se cuestionó al Presidente y Massa pidió que se calmen las aguas, que lo dejen trabajar y concentrarse en las tareas que tiene a cargo del ministerio de Economía –que son muchas y complejas–, y que dejen de distraer con discusiones internas que no llevan a ningún puerto y desgastan.
También contribuyó a la delicada tregua que Fernández, mediante sus voceros, confirme que está dispuesto, finalmente, a convocar la famosa “mesa política” a nivel nacional. Algo que todos los sectores le venían reclamando desde hace meses. Él, insiste con que quiere seguir siendo uno de los candidatos y que la idea es “propiciar una gran PASO”. “Ingresando a un año electoral, estamos viendo estos debates y alineamientos que forman parte de todo lo que tiene que pasar en un proceso electoral normal en cualquier país”, dijo Cerruti.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/520812-como-se-desactivo-la-ultima-crisis-en-el-fdt-y-habilito-la-c