El presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, se reunió este domingo en San Pablo con el exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ignorando el enojo que el solo aviso de ese encuentro le causó al gobernante Jair Bolsonaro. La entrevista con Lula, favorito para ganar las elecciones de octubre próximo en Brasil frente a Bolsonaro, llevó al líder de ultraderecha a cancelar una audiencia oficial que iba a tener este lunes con Rebelo de Sousa en Brasilia, una reacción poco habitual entre jefes de Estado.
Aún así, el líder portugués mantuvo su agenda y recibió a Lula en la sede del Consulado portugués en San Pablo, adonde el expresidente brasileño acudió junto con su excanciller Celso Amorim, uno de los responsables de la redacción del capítulo de relaciones exteriores del programa de gobierno que presentará al electorado. La conversación duró cerca de una hora y media y hablaron sobre la situación política en América latina, Europa y la guerra en Ucrania, según informó el equipo de prensa del expresidente Lula.
Luego del encuentro con Lula, Rebelo de Sousa tenía previsto hacer otra visita a la Bienal del Libro paulista, en cuya inauguración participó la noche del sábado y que este año está dedicada a Portugal, con motivo del bicentenario de la independencia de Brasil de ese país, que se celebrará el próximo siete de septiembre. Luego tenía programada una cita con el también expresidente brasileño Michel Temer y además participará en una recepción ofrecida en el Consulado de Portugal a miembros de la colectividad lusa que reside en San Pablo.
“Nadie muere” por una cancelación
El mandatario portugués llegó a Brasil el sábado e hizo una primera escala en Río de Janeiro, donde participó en una ceremonia conmemorativa del centenario de la primera travesía aérea sobre el Atlántico, realizada en 1922 por dos pilotos lusos. Rebelo de Sousa también aprovechó para zambullirse en las aguas de la playa de Copabacana, por donde dio un paseo antes de iniciar su agenda oficial.
Allí conversó con algunos periodistas y le restó importancia a la decisión de Bolsonaro de cancelar la reunión prevista para el lunes y garantizó que ese hecho no afecta la relación entre ambos países, porque esta trasciende a los propios gobiernos y en realidad pertenece “a los pueblos”.
Según el mandatario portugués, “nadie muere” por una reunión cancelada y cualquiera puede “mantener o retirar una invitación”. Lo cierto es que no es habitual que se cancele un evento entre jefes de Estado durante una visita oficial a un país. Según pautas de protocolo oficial, esto solo ocurre en casos de salud o fuerza mayor pero nunca por motivos políticos, como es el caso de la negativa de Bolsonaro.
El presidente brasileño dijo el viernes que canceló la agenda que tenía previsto compartir con su par portugués luego de conocer que este se reuniría antes con Lula. “Resolví cancelar el almuerzo que tendría conmigo, así como toda la programación”, afirmó a CNN Bolsonaro, quien aspirará a renovar su mandato en las elecciones de octubre ante Lula, su principal adversario político y líder en los sondeos. Preguntado sobre cuál sería el motivo de su decisión, Bolsonaro alegó que Rebelo de Sousa “tendría una reunión con Lula”.
A pesar de que Portugal mantiene importantes lazos económicos, sociales y culturales con Brasil, las relaciones entre los líderes de los dos países se mantuvieron distantes durante la administración de Bolsonaro. El mandatario brasileño, por ejemplo, no ha visitado Portugal durante su mandato hasta el momento, a diferencia de todos los líderes desde la redemocratización, con la excepción de Itamar Franco.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/434171-brasil-el-presidente-de-portugal-se-reunio-con-lula-pese-al-