Arde en Brasil la interna del poder

Arde en Brasil la interna del poder

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, defendió ayer al filósofo y considerado gurú presidencial, Olavo de Carvalho, luego de que insultara a generales del gobierno. La disputa interna en el Palacio de Planalto enfrenta al ala de Carvalho o los conocidos como “ideólogos de ultraderecha”, donde también están los tres hijos del presidente, y al sector militar que aparece como el ala más moderada del gobierno.

El cruce de palabras entre el “gurú” y algunos militares comenzó cuando Carvalho arremetió por Twitter contra Carlos Santos Cruz, ministro de Gobierno, a quien calificó de “bosta” y “traidor” al presidente. Pero Bolsonaro salió a respaldarlo de inmediato.

“Carvalho es reconocido por mi ya que durante años luchó solo contra la ideología insana que mató a millones de personas en todo el mundo y le quitó la libertad a otras centenas de millones”, escribió Bolsonaro en Twitter en una clara referencia a la aversión de Carvalho hacia el comunismo. “Su obra contribuyó mucho a que yo llegara al gobierno como así también influyó otro tanto para que el Partido de los Trabajadores no retornara al poder en los últimos comicios”, agregó. Con esos dos tuits el mandatario brasileño salió a respaldar a su gurú, un periodista y astrólogo devenido escritor y radicado en Estados Unidos. Y seguidamente pidió pasar la página a las disputas internas.

El tuit presidencial fue divulgado un día después de que el general y asesor del gobierno, Eduardo Vilas Boas, calificara a Carvalho como un “Trotsky de la derecha”. Vilas Boas fue comandante del Ejército hasta enero y continúa siendo uno de los militares más influyentes en el sector castrense del gobierno que además controla un tercio de los ministerios y cerca de cien cargos en secretarías y autarquías estratégicas.

“No comprende Carvalho que reemplazando una ideología por otra no contribuye para la elaboración de una base de pensamiento que promueva la solución a los problemas brasileños”, escribió Vilas Boas.

Pero el apoyo de Bolsonaro a su gurú no se agota en mensajes por redes sociales. Hace casi una semana el presidente decidió respaldar a Carvalho  concediéndole por decreto la Orden del Barón de Río Branco, la máxima condecoración de las relaciones exteriores brasileñas. Pero Carvalho no interpretó el apoyo de Bolsonaro como un llamado a calmar las aguas con el sector militar sino que, de lo contrario, siguió haciendo de las suyas y también arremetió contra el vicepresidente Hamilton Mourao, llamándolo traidor.

Pero en público el mandatario del Partido Social Liberal (PSL) prefiere negar que dentro de su gobierno se están sacando chispas. El lunes visitó  el Colegio Militar en Río de Janeiro y aprovechó para negar la existencia de diferencias dentro de su filas. Y unas pocas horas más tarde, aún sosteniendo el apoyo en redes a Carvalho, Bolsonaro realizó cambios repentinos en las segundas líneas del gabinete. De modo que el ala militar se quedó con la conducción de la estratégica Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones (APEX), con la designación del contraalmirante Sergio Segovia Barbosa, quien expulsó a directores alineados con Carvalho. Además, fue expulsado de su cargo el director de Encuestas Claudio Crespo, un funcionario que estaba en la preparación del censo para 2020 y que se había opuesto a la reducción presupuestaria para esa tarea, una decisión que tomó el ministro de Economía, Paulo Guedes. Al inicio del gobierno Carvalho, por su parte, fue responsable de la designación de los ministros de Educación, Abraham Weintraub, del de Relaciones Extriores, Ernesto Araújo y de la ministra de Derechos Humanos, Mujer y Familia, la pastora evangelista Damares Alves.

Nacido en San Pablo y con 71 años de edad, el “gurú” de Bolsonaro está radicado en la ciudad de Richmond, estado de Virginia, donde en 2005 fundó el Instituto Interamericano de Filosofía, Gobierno y Pensamiento Social. Luego de haber rechazado su nombramiento como ministro de Educación y Cultura, Carvalho publicó en su canal de YouTube que el único cargo que aceptaría por parte de Bolsonaro sería el de embajador de su país ante la Casa Blanca. Un cargo desde donde buscaría realizar su principal objetivo: desarrollar y monitorear el comercio con la administración de Donald Trump.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/192337-arde-en-brasil-la-interna-del-poder

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