Desde Washington
“La primavera llegó temprano en gran parte del país este año. ¿Es por el cambio climático o por la variación natural?”. Es verdad: hace menos de una semana que empezó la primavera en Estados Unidos y los cerezos que rodean la Casa Blanca ya están en flor. El cambio climático ocupa gran parte de los títulos de la edición matutina del Washington Post, uno de los diarios más importantes de Estados Unidos, y también fue protagonista en la bilateral que mantuvo la tarde del miércoles el presidente Alberto Fernández junto a su par Joseph Biden, donde Fernández insistió con los costos de la sequía para la economía argentina. Del encuentro, Fernández se llevó el compromiso de Estados Unidos de apoyar al país frente al FMI y otros organismos de crédito internacional. “El presidente Biden dijo que hay algo que nos une, haber recibido de los gobiernos que nos precedieron una economía destruida. Lo dijo tres veces”, fue la frase que eligió el presidente argentino para destacar del encuentro unas horas más tarde en conferencia de prensa.
“Le expliqué al presidente Biden que la peor sequía desde 1929 le ha significado a Argentina una restricción muy fuerte en sus ingresos, tenemos que armar un puente que nos permita llegar al año entrante, donde la producción agrícola, el mayor desarrollo de Vaca Muerta, nos da una gran oportunidad”, aseguró Fernández. Con la mirada puesta en Janet Yellen, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Biden le respondió: “Así como Yellen arregló el problema con los bancos, con la misma celeridad va a permitir que el país transite sin dificultades este puente entre el futuro que le vemos a Argentina en materia de proteínas, minerales y energía y las dificultades que la coyuntura plantea por la sequía”.
A su turno Yellen expuso lo que iba a ser uno de los principales trofeos que se trae la delegación argentina: el compromiso de Estados Unidos de respaldar al país no solo en la discusión de las metas de reservas que tratará el viernes el Directorio del FMI, sino también con otros organismos internacionales de crédito como el Banco Mundial y el BID.
Fernández entró a la Casa Blanca a las 14.40 en un auto negro del gobierno estadounidense. Lo acompañaba Santiago Cafiero, con quien se separó para que Fernández entre a la oficina de Biden en el despacho Oval situado en el ala Oeste del edificio. Ambos presidentes estuvieron más de una hora y media (veinte minutos solos y el resto con la comitiva) rodeados de cuadros de George Washington y Abraham Lincoln de un lado; y de las fotos de Joe Biden con el Papa Francisco, con su esposa Jill Biden y sus hijos en el otro.
La foto con el Presidente de Estados Unidos era una figurita difícil para Argentina, que se entorpeció luego de que Joseph Biden suspendiera el primer encuentro programado en julio pasado porque contrajo Covid-19. Las agendas ajetreadas de los presidentes la postergaron ocho meses, y llegaron este miércoles 29 de marzo a las 15.45 de un año electoral en Argentina.
Entre los funcionarios que acompañaban a Biden estaban las primeras líneas de departamentos estratégicos del gobierno sajón. “Estaba el poder ahí adentro, y el presidente Joseph Biden repitió más de una vez que su equipo tiene instrucciones precisas de coordinar con Argentina para seguir con todo lo que estuvimos hablando“, celebraron desde la comitiva. Como gesto de significación política, el gobierno argentino recibirá el próximo 12 de abril a la subsecretaria de Estado de los Estados Unidos, Wendy Sherman, a quien Biden se refirió como “más inteligente que yo”, para avanzar en los temas que se pusieron sobre la mesa.
Además de los costos económicos del cambio climático, que en Argentina se materializan en la sequía que estiman que impactará en la merma de unos 20.000 millones de dólares para las reservas del Banco Central, las comitivas hablaron de la capacidad de Argentina de abastecer al mundo de minerales críticos y estratégicos para la transición energética, como el litio.
El foco estuvo puesto en el avance de la ley de reducción de inflación sancionada por el Congreso estadounidense que establece beneficios para la comercialización del mineral en empresas situadas en América del Norte y/o en países con Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos, condiciones que dejan afuera al país. “Si Argentina queda excluida de esos beneficios el principal perjudicado es Livent, la firma estadounidense que opera en el Salar del Hombre Muerto en Catamarca. Y el principal beneficiado es China que sigue invirtiendo en el país”, aseguraron dentro de la comitiva.
Al contrario del imaginario que los y las argentinas pueden tener de la capital de Estados Unidos, Washington DC tiene muy poco de “gran ciudad”, de cosmopolita y viva. Es una comunidad pequeña, de poco más e 700 mil habitantes con un centro de edificios antiguos y mayormente bajos, lo que le genera una amplitud que no tiene Nueva York. La política se lee en las calles: en los panfletos de papel pegados en los postes de los semáforos invitando a marchas para liberar a China junto con una foto de Xi Jinping o repudiando a las guerras; hasta los carteles de bronce institucionales que consignan los principales edificios del centro: además de la Casa Blanca y el Capitolio que no necesitan subtítulos, se leen insignias que indican que un edificio es la Organización de Estados Americanos, otro es la Reserva Federal, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Fondo Monetario Internacional.
A unos kilómetros alejado del Centro queda la casa del embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello, donde la noche anterior cenó la comitiva presidencial. Entre el cordero y el postre con peras, el ministro de Economía Sergio Massa y el Canciller Santiago Cafiero terminaron de cerrar el documento de quince puntos con posibles temas a tratar, que luego el Presidente jerarquizó durante el encuentro.
También discutieron sobre otros temas de intercambio comercial en una balanza que desfavorece a la Argentina, como la posibilidad de que puedan entrar cítricos dulces y carne patagónica libre de aftosa a Estados Unidos. Sobre China, Biden aseguró que ellos eran “competidores y no enemigos”, aunque advirtió sobre algunos proyectos riesgosos con financiamiento Chino en países de ingreso medios. Los sobrecargos del FMI no estuvieron sobre la mesa porque “no es un tema que esté dentro de la agenda próxima del Fondo”.
De esta manera, terminó uno de los eventos internacionales más importantes de la gestión Fernández. En una ciudad diseñada para el orden y la eficiencia, con calles limpias que se identifican con letras y números. En el centro, los restaurantes ofrecen menús con la dieta de moda perfectamente envueltos para que la clase media característica de la ciudad con obsesión por el trabajo no desperdicie ni un minuto de más en el almuerzo. El objetivo es claro: es la cara institucional de los Estados Unidos y muestra el rol que quiere tener ante el mundo, una ambición por el orden y la organización en un país que carece de ambas.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/536274-alberto-fernandez-se-llevo-el-compromiso-de-joe-biden-de-res