Adriana Salvatierra: “Los muertos y los heridos no se negocian”

Adriana Salvatierra: “Los muertos y los heridos no se negocian”

Desde La Paz

En la antesala de las gradas para prensa y personal diplomático y de gobierno desde donde se puede seguir la sesión de la Asamblea Legislativa Plurinacional, Adriana Salvatierra, politóloga, 30 años y de origen santacruceño, se abraza con Victor Borda y se larga a llorar. Ella era la presidenta del Senado Boliviano y renunció casi al mismo tiempo que el ex presidente Evo Morales, Borda presidía la Cámara de Diputados y también renunció. Fue una descarga de días y días de tensión que incluyeron volver un día a la legislatura con la ropa destrozada por manifestantes afines al gobierno de ocupación de Jeanine Áñez y amenazas constantes de que será detenida si pisa otra vez Santa Cruz. A pesar del cansancio, que se le nota, no pierde la lucidez ni la decisión. No duda, su líder es Evo Morales y lo que sucedió fue un golpe de Estado. No duda, sobre el olvido de las víctimas y la impunidad de los victimarios, el proceso de elecciones extraordinarias no podrá ser legítimo y por eso seguirá impulsando la ley de garantías, que después de aprobado el reglamento para la aplicación de ley de elecciones extraordinaria, no tiene aun fecha de tratamiento.

–¿Por qué no estás en la sala para la deliberación sobre la sanción de la reglamentación de la ley de elecciones extraordinarias?

–Es por una cuestión formal, titulares y suplentes de las bancadas alternamos la presencia en el recinto y esta vez me tocó estar afuera.

–¿Quisieras estar adentro?

–La verdad, no. Porque sí la bancada está unida y es necesaria una salida institucional de este golpe de Estado que hemos sufrido, pero no se puede ir a elecciones sobre la base de la persecución política y sobre todo sobre los 33 muertos que dejó la represión, los más de 700 heridos que continúan hospitalizados, el millar de detenidos y detenidas. Esta administración dice una cosa y hace otra; firmó un compromiso en la ciudad de El Alto para la abrogación del decreto 4078, igual que en Cochabamba, pero no lo ha derogado. Y no sólo eso: ayer se reunió con las fuerzas armadas y acordó una serie de “recompensas” por lo actuado desde el golpe de Estado. Eso no es un gobierno ni una administración de transición.

–Usted elige no hablar de gobierno, evidentemente.

–Yo no estoy de acuerdo con llamar a esta administración transitoria “gobierno”. No podemos reconocer esta ocupación como gobierno porque además de seguir respaldándose en los tanques están tomando decisiones que son estructurales y no están habilitados para eso. Como expulsar al personal diplomático de Venezuela y de Cuba y nombrar un embajador en Estados Unidos cuando las relaciones con esa embajada sólo eran de negocios y no de injerencia. Estas decisiones políticas son graves. Además, no sólo sigue habilitando a las fuerzas armadas y de seguridad a mantener la impunidad sobre la represión sino que además no actúa, y al contrario, protege, a los grupos paramilitares armados que han perseguido, herido y torturado a nuestra Alcaldesa en Vinto, por ejemplo, pero a muchas otras alcaldías. Han quemado casas, bibliotecas; y son protegidos por la administración transitoria.

–¿Estas maneras diferentes de nombrar al gobierno de facto hablan de estrategias diversas dentro de la estructura del MAS?

–No son estrategias diferentes y no queremos abonar a la idea de que hay un sector dialoguista y un sector duro. El MAS tiene presencia en las 309 municipalidades y gobiernos indígenas. Lo integran la Confederación Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, las organizaciones de mujeres, estudiantes. Estamos en todas las regiones, es una maquinaria partidaria electoral pero que además reconoce un liderazgo que es de Evo Morales; después esta maquinaria electoral que además toma decisiones con sus bases de manera regional y en ampliados nacionales podrá elegir a sus candidatos para las próximas elecciones. Cada quien tiene su responsabilidad en el rearmado de nuestra estructura después de este golpe. Pero lo que sin duda no podemos es avanzar en las elecciones sobre la base de la impunidad y del olvido. Eso no lo podemos permitir. Sobre los muertos y los heridos no se negocia.

–¿Usted coincide en que no habrá Justicia en este país para esas muertes, que no se va a poder investigar cómo sucedieron los hechos?

–Justamente la ley de garantías que tenemos que tratar hoy mismo tiene entre sus primeros puntos, además de la derogación del decreto que habilita a las fuerzas armadas y de seguridad a reprimir sin ningún freno ni peligro de que les correspondan responsabilidades penales, la investigación exhaustiva de lo sucedido en todos los hechos de represión pero fundamentalmente en los que la participación del ejército, que tiene formas de actuar distintas a las de la policía, insistimos en que no se puede avanzar en la salida institucional sobre el olvido y la impunidad.

–Con una estructura tan grande y plural como la que integra el Movimiento al Socialismo Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) ¿No pudo encontrarse un recambio electoral para este periodo que resguardara el proceso que venían llevando adelante?

–Es lo que estamos haciendo ahora.

–Pero ya hubo un golpe de Estado.

–¡El golpe de Estado no fue por eso! Sí es cierto que se generó una consigna después del plesbicito con el 21F que aglutinó a sectores que no toleran lo que nosotros hicimos en materia de derechos. ¡Pero ya en 2008 tuvimos un intento de golpe de Estado! Este es un golpe contra el desprecio al neoliberalismo, contra una forma de gobernar que ha conseguido bajar la pobreza en más de la mitad, 38 por ciento en 2005 a 15 por ciento en 2018. Y que además de eso logró bajar la desigualdad de una manera extraordinaria. El tema es un modelo en el que las fuerzas que ahora están en la administración creen que hay que asfixiar al Estado y darle el poder a las empresas y quienes creemos que el Estado es la herramienta para administrar y redistribuir recursos.

–Sin embargo también hay una demanda de sectores indígenas y de otros sectores de la población sobre el extractivismo, que es un problema que afecta a toda América Latina ¿Se puede hacer una autocrítica de eso?

–Mira, es una demanda transversal desde la derecha y de la izquierda, sí, tengámoslo claro. Pero yo devolvería la pregunta sobre cómo creen que podríamos haber transformado los índices sociales sin contar con nuestros recursos naturales. Por supuesto que es necesario ir migrando hacia una economía de bienes del conocimiento; pero necesitamos del gas, del litio, de nuestros recursos usados de manera equilibrada y con control y administración del Estado.

–Y las clases medias han sido muy beneficiadas por este proceso de los últimos 14 años, sin embargo, ahora son las más reactivas a lo hecho por la gestión de Evo Morales.

–Es que nosotros tenemos paradigmas que van más allá del consumo. Es cierto que las cosas cambiaron y muchos y muchas accedieron a objetos de consumo y otras maneras de vivir. Pero nosotros, lo digo de nuevo, lo que distribuimos fue derechos. Te digo algo que en un principio yo no lo ví tan claro pero que es impresionante lo que produjo y es el acceso a complementos alimentarios para las mujeres durante el embarazo. Antes solo accedían a beneficios las que tenían trabajo formal y registrado. Las campesinas, las trabajadoras informales, las que trabajaban en su casa no accedían ¿y cuál era el resultado? Desnutrición generalizada. Esa ayuda alimentaria se universalizó y las cosas cambiaron radicalmente.

–¿Esa inclusión masiva es la que tanto molesta a la clase media blanca? ¿O que no se reconoce en ningún origen indígena?

–En nuestra región nadie puede decir que no tenga algún origen indígena. Pero mirá a tu alrededor (su mano se extiende para abarcar la sala por la que circulan mineros del norte de Potosí con sus cascos puestos, cholas diputadas y senadoras, dirigentes campesinos; una diversidad de orígenes, vestimentas, colores que no suelen verse en una sala de pasos perdidos); ¡muchas de estas personas hace diez años no tenían documentos! Esto es lo que no se tolera, y es nuestra mayor ganancia, legado de la decisión política del presidente Evo Morales. Igual que la participación de las mujeres en política, estamos entre los tres primeros países del mundo en representación política de mujeres. Y somos únicos en la región.

–Bueno, Argentina también ha crecido mucho en participación política de mujeres y otras identidades no heterosexuales.

–Sí, pero mira lo que pasó con el aborto: movilizaciones inmensas, presión de la calle. Pero sin acompañamiento del gobierno, la ley no salió.

–¿Vas a formar parte de la fórmula en las próximas elecciones?

–No creo, ya estoy muy de vuelta de todo. Pero no es decisión mía.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/233658-adriana-salvatierra-los-muertos-y-los-heridos-no-se-negocian

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