Adam Smith: la mano visible de las transnacionales | Crónicas de nuestros días

Adam Smith: la mano visible de las transnacionales | Crónicas de nuestros días

La Universidad de Harvard realiza inversiones agrícolas en el norte de nuestro país (cerca de 100.000 hectáreas) y, al igual que la Compañía South Florida Journal of Development, se aboca a realizar investigaciones en el corazón de una de las reservas de agua dulce más grandes del planeta: los Esteros del Iberá (2014) y en el área del Acuífero Guaraní (2021)

A lo largo de los ríos Paraná y Paraguay (Hidrovía), por donde transita el 80% de las exportaciones argentinas, tres empresas transnacionales controlan puertos y exportan granos y productos semindustrializados por un monto anual de casi 40.000 millones de dólares (un 70% de los envíos al exterior de nuestro país) lo que pone en evidencia el control extranjero tanto sobre la seguridad como respecto de la economía, el ingreso de divisas y el comercio de la República Argentina

Este 2023 encuentra al 39% de nuestra población bajo la línea de pobreza (35.9% en 2019 y 30% en 2015).

En un cuadro de retroceso en la toma de conciencia, situada,
respecto del futuro del país, campea: el no ser (el: no será). Entonces, sin
proponerse utopías motivadoras, ni plantearse desafíos, ahogándose en el mundo
de las cosas, se invoca al Pensamiento único y se elige (acríticamente) el
Capitalismo Globalista Transnacional a manera de modelo, excluyente, para resolver
los problemas de nuestra comunidad.

Riqueza de las naciones. 

En este mes de junio se recuerda el nacimiento de Adam Smith (1723/1790). Circunstancia que nos motiva a repasar las ideas del autor de la Riqueza de las naciones, a efecto de tratar de entender la génesis de sus razonamientos, teniendo presente los acontecimientos económicos y culturales que condujeron a la Revolución industrial europea y dieron contexto, y sentido, a sus escritos. A través de esta mirada, también es importante poner de relieve ciertos hechos, ya conocidos pero no siempre destacados. Esto es: que tanto los metales americanos que ingresaban a Europa −por medio de navegantes, mercaderes y banqueros (tal el caso de la Casa Fugger de Ausburgo)− como el comercio de esclavos, fueron dos factores estructurales desplegados por el sujeto colonizador que contribuyeron, de manera decisiva, para que se pudiera acumular moneda (disponer de capital), impulsar la actividad manufacturera urbana sostenida por el trabajo asalariado y forjar el despliegue del capitalismo inicial. Es decir: que de no haberse generado ese tráfico de seres humanos, sumado al saqueo de plata y oro americanos con destino a Europa –tragedias que fueran denunciadas por el jurista Cesare Beccaria–: la Revolución industrial, el modo capitalista de producción y el pensar iluminista no se hubieran podido desplegar en los términos de tiempo, espacio y contenido que conocemos.

El pensar ilustrado

El pasaje del feudalismo al industrialismo, estuvo acompañado por un giro –que germinó durante la Reforma protestante y el Renacimiento– respecto de las concepciones referidas a la condición humana y las formas de relación social. En ese tránsito, el Illuminisme de los franceses y la Aufklärung alemana –como nuevos momentos en la evolución del pensamiento de la burguesía– expusieron ideales y propósitos que reivindicaban: el libre uso de la razón; una postura crítica acerca del Estado y la confianza en el Orden natural. Orden mítico este en que los hombres gozan de libertad e igualdad, que habrán de perder a partir de un Contrato social que les abrirá las puertas para poder ganar su libertad civil y la propiedad de todo lo que poseen. De esta forma, el Estado va a legitimarse en su rol de custodio, a cargo de disciplinar y garantizar el control sobre el pueblo, con el objeto de preservar aquel Contrato ficcional.

La mano invisible 

 Las creencias de Adam Smith, en tanto expresión del espíritu ilustrado reflejan sus observaciones atinentes al modo en que se estaba desarrollando, en sus días, el proceso de acumulación de capitales. Así, en función de conceptos como: egoísmo (selfishness) o libertad de comercio, consideraba que dejando al hombre en libre acción este no sólo obtendría su propio beneficio sino que promovería, asimismo , el de la sociedad. En esa dirección, Smith dio un nuevo contenido a la imagen de la mano sangrienta e invisible –evocada por Shakespeare en el poema Macbeth (año 1605)– para señalar: que en muchos casos el individuo es conducido por una mano invisible que lo lleva a promover un fin que no estaba en sus intenciones, donde al perseguir su propio interés promueve el de la sociedad (L.III, Cap. I, LRN). De ahí que su férrea oposición a las regulaciones aduaneras, combinada con la teoría de los costos comparados de David Ricardo ─conforme la cual cada país debía ocuparse de explotar aquellos rubros para los cuales estaba naturalmente dotado─ se adecuaban a los intereses de una Gran Bretaña que concentraba, hacia mediados del siglo XIX, el cincuenta por ciento de la capacidad industrial del mundo. Situación esta habilitó al Encargado de negocios británico en el Río de la Plata (Woodbine Parish) para destacar los efectos beneficiosos de aquellas políticas, que permitían al gaucho rioplatense abastecerse de artículos de primera necesidad, tales como el poncho, las espuelas, los cuchillo o la loza, y que lo llevaran a preguntarse: a excepción del cuero ¿qué cosa tendrán los criollos que no sea inglesa?

El camino hacia las transnacionales

En esos trayectos, podemos constatar que aquella metáfora optimista de la mano invisible ─motor de libre competencia─ derivó, ya en los albores del siglo XIX, en una secuencia de: acumulación, concentración y centralización de capitales. Proceso este que contribuyó a una centralización derivada de la absorción de unos capitales por otros. Centralización que ha permitido articular Empresas Transnacionales (ETN´s) con un alto grado de concentración e hiperconectividad en la economía mundial, donde unos 150 conglomerados ‒algunos de ellos con filiales, subsidiarias o ramificaciones en Argentina‒ controlan un 40% del comercio mundial. Interrelación esa que, en ciertos casos, dificulta conocer a quiénes son los verdaderos dueños de las sociedades y que asimismo puede llegar a encubrir las maniobras de quienes resultan favorecidos por la comisión de ilícitos como ser: la salida ilegal de capitales. Aspecto este último que tuvimos en especial consideración, cuando dictamos la Resolución 112/21 UIF, orientada a: fijar estándares, correr los velos que enmascaran, acceder a información, identificar y hacer visibles a las personas humanas que resulten Beneficiarios/as finales con potestad para tomar decisiones de la persona jurídica.

*Doctor en Derecho – UBA. Profesor de la materia Delitos económicos (UBA)

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/560801-adam-smith-la-mano-visible-de-las-transnacionales

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