“Cuando secuestraron a mi mamá, llevaba en brazos a mi hermana Lucía, de diez meses. Se las llevaron a la ESMA. Por algo que nunca develamos, Lucía terminó en una casa cuna donde entró como ‘menor abandonada’, a pesar de tener un papel donde decía su nombre, el de sus padres y el contacto de sus abuelos… Mi abuela paterna vivía en Ledesma, se guardó el miedo en el bolsillo y recorrió Buenos Aires hasta que la encontró. Se sentó todo un día a su lado hasta que la recuperó y ahí nos salvó la vida a las dos. Eso son las Abuelas. Hoy celebro por ellas y brindo porque todxs mis compañerxs que aún buscan a sus hermanxs tengan la felicidad a la que tienen derecho, la de abrazarse al fin”, escribió María Coronel, coordinadora del exCCD La Escuelita de Famaillá, Tucumán.