Desde Washington
A medida que se acercan noviembre y las elecciones en Estados Unidos, queda claro que el Partido Demócrata, sin muchos logros que mostrar para convocar a su electorado, intenta capitalizar el enojo hacia la Corte Suprema conservadora que derogó el derecho al aborto. El presidente Joe Biden insiste en que la única forma de restablecer el derecho a nivel nacional es ir a votar, pero, ante las críticas por la inacción, tuvo que firmar un decreto para mostrar un mínimo gesto, algo de autoridad contra el avance conservador en el país norteamericano. Este fin de semana, una serie de protestas en distintas ciudades le dijeron que eso no es suficiente.
Al presentar su decreto el viernes, Biden pidió brindar protección a quienes viven en los estados en los que las clínicas todavía están abiertas. Llamó también a “proteger el derecho” a viajar “desde un estado que les prohíbe buscar la atención médica que necesitan hasta un estado que lo provea”.
“Ante esta crisis de salud, el Gobierno Federal está tomando medidas para proteger la entrega de servicios de cuidado de salud y promover el acceso a los servicios de salud reproductiva, incluido el aborto”, dice el decreto que anunció Biden. Pero la medida es apenas un pedido a distintas áreas de la administración para que piensen qué pueden realizar.
En el documento, por ejemplo, Biden le solicita a su Departamento de Salud que se tome un mes para “identificar posibles acciones” para proteger y expandir el acceso al aborto, para encontrar formas de incrementar el alcance y la educación sobre el acceso a los servicios de salud reproductiva y para identificar los pasos que permitan asegurar que todas las personas sean atendidas ante una emergencia médica.
Le pide también al fiscal general que reúna a un grupo de organizaciones del derecho para que alienten a abogados a representar y asistir a pacientes y proveedores en todo el país. Finalmente, reconoce la amenaza que representan para la privacidad personal “la transferencia y la venta de datos sensibles sobre la salud” y le solicita a la Comisión Federal de Comercio que considere medidas que protejan la privacidad de las personas que buscan información sobre la provisión de servicios de salud reproductiva.
“La orden ejecutiva no clarifica mucho”, le dijo Mary Ziegler, historiadora de la legislación del aborto, al sitio especializado en políticas de género The 19th*. “Es como que dice ‘vamos ordenarle a un montón de personas que piensen qué cosas pueden hacer en 30 días’ sin decir eso”, explicó.
Quienes protestan en la calle tienen su propio mensaje: “No es suficiente”. Michelle Xai, organizadora de Rise Up 4 Abortion Rights en Nueva York, dijo a Página/12 que el gobierno podría abrir clínicas en propiedades federales o en bases militares para garantizar el acceso al aborto. Para ella, el decreto de Biden equivale a “tratar de calmar a la gente o tratar de decir ‘miren, nosotros estamos haciendo algo’, pero en realidad no está haciendo nada”.
El fin de semana, mientras la Casa Blanca todavía celebraba lo que considera una buena recepción del decreto, organizaciones como Women’s March (marcha de mujeres) y Rise Up 4 Abortion Rights realizaron una serie de protestas en ciudades como Washington y Nueva York. “Desobediencia civil focalizada” pedía esta vez Women’s March, que en 2017 lideró una manifestación masiva contra Donald Trump.
El pañuelo verde, ya instalado como símbolo de quienes luchan por el derecho al aborto, apareció nuevamente en estas protestas. No tiene la misma leyenda que los pañuelos originales de Argentina. En Estados Unidos, el mensaje cambia según la organización. A veces es simplemente una bandana verde. “Fuera las prohibiciones de nuestros cuerpos”, decían los que llevaban cientos de personas este sábado en la ciudad de Washington. Los colgaron en la reja que rodea el predio de la Casa Blanca y se sentaron bajo la lluvia que caía en la capital.
Una estrategia electoral
Desde que la Corte Suprema, de mayoría ultraconservadora debido a los jueces que nominó Donald Trump en su presidencia, derogó los fallos que garantizaban el derecho al aborto a nivel nacional, ocho estados implementaron inmediatamente distintas prohibiciones. Otros tres tienen leyes que restringen el acceso después de las seis semanas de embarazo. Varios más tienen leyes suspendidas que podrían reactivarse pronto. “La decisión de la Corte también ha sido recibida por los republicanos en el Congreso como una luz verde para ir más allá y establecer una prohibición nacional”, advirtió Biden el viernes.
Con una aprobación baja y en medio de críticas al manejo de la economía, la Casa Blanca parece considerar que su mejor apuesta para movilizar a la base demócrata en noviembre es apelar a las ganas de recuperar el aborto como derecho en todo el país. Su discurso es que la única forma de asegurarlo es que el Congreso tome las protecciones que brindaba el fallo Roe y las convierta en una ley federal.
Para eso, dice, hay una sola salida: en noviembre, quienes quieran eso tienen que ir a votar para lograr un Senado con una mayoría demócrata indiscutida. Actualmente, el partido tiene mayoría en la Cámara de Representantes y la vicepresidenta Kamala Harris puede desempatar en el Senado, pero no tiene los votos necesarios en la Cámara alta para aprobar una ley de aborto. “Necesitamos –dijo Biden el viernes– dos senadores pro-choice adicionales y una Cámara de Representantes pro-choice para codificar Roe en una ley federal. Su voto puede convertir eso en realidad”.
Hay un razonamiento detrás de esta estrategia: es un tema con el que el electorado demócrata se identifica. Según el centro Pew, un 61 por ciento de las personas adultas de Estados Unidos consideran que el aborto debería ser legal en todos los casos o en la mayoría de ellos. Entre quienes se consideran demócratas, esta opinión alcanza el 80 por ciento, mientras solo un 38 por ciento de los republicanos lo cree así. “La división actual es más ancha de lo que fue en el pasado”, explican desde el centro Pew.
La derogación del derecho al aborto en Estados Unidos le dio también a la Casa Blanca la posibilidad de hablar de “republicanos extremistas” para caracterizar a la oposición. “Son tan extremos que algunos no permiten excepciones, ni siquiera [en los casos de] violación o incesto”, dijo Biden el viernes. “Esto no es un horror imaginado. Ya está pasando”, agregó y puso como ejemplo el caso de una niña de 10 años de Ohio, que quedó embarazada como consecuencia de una violación y tuvo que viajar hasta otro estado para poder interrumpir el embarazo.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/436011-piden-a-joe-biden-que-tome-mas-medidas-para-garantizar-el-de