“No venimos a arrear corderos, sino a despertar leones“. La frase de campaña de Javier Milei acompañó el miércoles por la tarde la recorrida del precandidato por el barrio de Boedo, junto a varias decenas y algunos y algunas integrantes de su lista Viva la Libertad. Entre ellas, Victoria Villarruel, la abogada defensora de genocidas que lo secunda en la lista para diputados por la Ciudad de Buenos Aires, conocida mediáticamente por su rol como presidenta del “Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas”, desde el que clama por “Los otros muertos: víctimas civiles del terrorismo guerrillero de los 70′”, como tituló a su libro.
Abrazado a una bandera argentina, el candidato que admitió haber copiado palabra por palabra a otros economistas para escribir sus columnas de opinión –inscribiendo el plagio “en la lógica de los parámetros de la divulgación”–, convocó por las redes a sus seguidores en la esquina del tango, San Juan y Boedo. Hay mayoría de jóvenes y varones, muchos sin barbijo. Caminó con ellos un par de cuadras, entró a los comercios que se lo permitieron, se sacó muchas fotos y dijo muchas más veces la palabra-llave: “libertad”.
Usos y abusos de la palabra libertad
Esa misma palabra machacona, tan abarcativa como para querer decir muchas cosas y tal vez ninguna, es la que apareció invariablemente en los testimonios que recogió Página/12. “¡Viva la libertad!”, fue el coro que se escuchó. “¡La libertad avanza!”, el slogan que también viene impreso en la boleta. “¡Libertad o muerte!”, los más eufóricos. Otros gritos esbozaron precisiones: “¡Vamos por un Estado más chico!” “¡Vamos a prender fuego el Banco Central!” “¡Que dejen de vivir de la nuestra!”
“¡Cien impuestos menos, si gana Milei!”, pide alguien. “¡Ciento sesenta, para empezar!”, redobla la apuesta el candidato.
Los precandidatos avanzan por Boedo y quienes los siguen cuentan por qué. “Un Estado mucho más eficiente, un gasto público mucho más bajo, bajar impuestos, un presidente pro empresa”, es lo que quiere Martín, que dice que acaba de llegar de Madrid junto a su esposa, donde estuvo “varado por este gobierno comunista y maoísta”, según denuncia. Para él Milei “es la última esperanza que le queda al país, el último tren, porque Argentina si no, va a ser Venezuela”.
Además de recitar sin respiro de por medio el “teorema de la imposibilidad de Arrow”, Javier Milei explica sus propuestas: “Hacer una reforma de la ley de administración financiera del Estado para poder renunciar a la dieta, cambiar el modelo de inversión pública para ir a un sistema de iniciativa privada a la chilena…” ¿Por qué habría que votarlo?, le pregunta, yendo a lo concreto, Página/12. “Porque no te voy a robar, porque no te voy a subir los impuestos, porque no te voy a avanzar sobre el derecho de propiedad, que es lo que hicieron todos estos chorros hijos de puta del statu quo que nos vienen empobreciendo hace cien años”, enumera sin citar a ningún teórico.
Un anuncio de masacre electoral
Mientras augura una “masacre electoral de Milei”, Carlos Maslatón alaba que el economista ultraliberal se haya “decidido y comprometido a jugar en política, en el marco de la democracia”. Dice que, si sigue en política, él lo va a acompañar, al tiempo que lo visualiza candidato a presidente para 2023.
El influencer Emmanuel Dannan se presenta como “un liberal”, denuncia que “las libertades en todos sus sentidos se nos han coartado una por una en la Argentina violando incluso nuestros derechos constitucionales”. ¿Qué libertades, por ejemplo, no hay en la Argentina?, se le pregunta. “La cuarentena prohibió la circulación libre, el comercio libre, cosa que está amparada por nuestra Constitución en el artículo 14”, reclama. Para Dannan “nuestra Constitución es liberal, pero el ciudadano argentino lo desconoce, por eso acató una norma anticonstitucional. Como dice nuestro propio Himno Nacional: oíd mortales el grito sagrado, libertad, libertad“. Según él la pandemia no sería un argumento porque “la Constitución está hecha para casos de pandemia, de guerra, un ataque marciano, lo que se te ocurra”.
Más “libertarios” que Milei
En la Quesería “Don Segundo” recibieron a Milei entre aplausos. Dicen que les gusta porque “no es un político que viene de raza, es algo nuevo”. “Ser libre en el capitalismo es lo más importante, no me gusta el socialismo”, explica el propietario. “Yo quiero vivir en un país libre, que nadie me tenga que decir a mí lo que tengo que hacer“, define su búsqueda. Se queja por los cierres que trajo la cuarentena, aunque admite que “hay que ser realistas, vacunar se vacunó un montón, pero a mí me gustan otras cosas”.
En Boedo Deportes también le abren las puertas y posan con el mediático candidato para las fotos. Cuando Milei se va, el comerciante le cuenta a Página/12 que en realidad no tuvo algo grato para decirle: “Le dije que haría lo mismo que haría él si no fuera candidato: no ir a votar. Sus ideas son las mismas que las mías… pero por eso mismo yo no voto. Porque como estoy en contra de este sistema, no participo”, explica con férrera lógica “libertaria y anarquista”.
“¡En Argentina le damos oportunidad a cualquiera!”
En el negocio de venta de ropa de al lado, Daniel fue uno de los que rechazó la foto: al paso de la caravana de a pie, no invitó a Milei a entrar a su comercio sobre Avenida Boedo. “No entiendo a qué apunta este muchacho, le lavan la cabeza a los chicos. Pero bueno, es la Argentina… ¡Acá le damos oportunidad a cualquiera!”, se ríe.
A su lado alguien comenta la noticia sobre la renuncia de tres precandidatos a diputados del frente de Milei en Córdoba, luego de que se hiciera público que quien encabezaba la lista, Rubén Petetta, estuvo detenido por intentar cobrar una coima. “Y bueno, en la política es todo así”, justifica, y baja la voz: “Igual yo, por las dudas, a esta gente no le llevaría la contra”.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/363944-las-caminatas-de-javier-milei-desde-adentro-con-uso-y-abuso-
Las caminatas de Javier Milei desde adentro: con uso y abuso de la palabra "libertad"