“Sentí impotencia, somos trabajadores nunca estuvimos en una comisaría, no violamos la cuarentena, tenemos todos los permisos, ni siquiera estábamos paseando al animal sino que lo sacamos para que haga sus necesidades, no tenemos patio, no teníamos alternativa”, dijo Luciano González, con angustia en la voz. El lunes a la madrugada este joven trabajador de un comercio céntrico de Bahía Blanca volvía de trabajar junto a su pareja, Vicky, luego de llevarle mercadería a su madre y abuela –para estas actividades cuentan con los permisos correspondientes–. Al llegar a su casa, Vicky sacó al perro que tiene un problema de salud y debe salir cada 3 horas. Como era tarde él salió atrás. A los pocos minutos, eran violentamente golpeados por dos policías. La única explicación que encuentra a lo que padeció es la necesidad de los uniformados de “hacer número”. Cuatro policías terminaron desafectados por el hecho.
“Sacamos a pasear al perro que está enfermo de la vejiga pero nos olvidamos los permisos. A la vuelta de casa nos para un patrullero, en la calle Juan Molina, nos los piden, le digo que los tengo en casa”, relató González. Pidió que los acompañaran a buscar los permisos, pero un agente se le tiró encima y le propinó una brutal golpiza. Su pareja intentó detener al que lo golpeaba y una agente mujer comenzó a golpearla a ella. En ningún momento se resistieron. Los llevaron detenidos a la Comisaría 2° donde tuvieron que pasar la noche ilegalmente incomunicados y sin atención médica. Los liberaron a la mañana.
“Entendemos el cuidado por la pandemia, a media cuadra tenía los permisos, pero era algo raro, como que ellos tenían que llevar a alguien preso. Lo que vivimos fue una locura”, dijo González.
“Me agarró del cuello, me tiró al piso, me puso el pie en la cabeza, su rodilla en mi oído mientras yo gritaba porque me dolía. Cuando intenté levantarme me empezaron a golpear, nunca me resistí pero estaba sacado el policía. Vicky intenta impedir que me lleven y otra policía la saca y le golpea la cabeza. No entendíamos lo que pasaba. Los otros policías les decían que frenaran.”
“En la comisaría me dejaron perdiendo sangre, no llamaron a un médico, en un patio muertos de frío con las esposas puestas por casi dos horas, pero lo único que hicieron fue sacarme una foto de espaldas, nos deliraron toda la noche sin permitirnos llamar a nadie, era muy loco”, relató aún en shock.
Tras la golpiza y la detención tampoco fue legal la liberación. “Nos quisieron hacer firmar un acta para irnos, decía que yo había agredido al policía y me negué porque no era cierto“. González pidió llamar a su abogado y al final le dieron una notificación: “Nos llevaron con una patrulla hasta casa, tuve que llamar a mi vecino para que testificara que vivía ahí. Eran otros, y nos pidieron disculpas”.
La pareja mostró en un video que difundieron varios medios los permisos tanto para trabajar como para asistir a sus mayores. “Mi mamá en Villa Mitre y la abuela de mi pareja Vicky que es diabética y necesita que le coloquen la insulina. Marcos es un perro viejo que tiene hernia y no se lo puede tratar, ya tenía la cola hinchada y lo sacamos para que vacíe la vejiga aunque eran las dos de la mañana”.
Quisieron denunciar el hecho en la fiscalía, pero estaba cerrada por la pandemia. Recién a instancias de los médicos que los revisaron en el hospital de Bahía Blanca pudieron concretarla. La denuncia por abuso de autoridad fue acompañada por denuncias de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) ante la división de Asuntos Internos de la Policía bonaerense, así como ante la fiscalía provincial y federal.
Según cifras oficiales, desde el inicio de la cuarentena hay 34 mil personas que quedaron detenidas, y 520 mil fueron liberadas. Organismos de derechos humanos como la APDH, el Ceprodh, la CPM y la Correpi vienen alertando sobre lo que denominan la “pandemia represiva”, los abusos y las detenciones arbitrarias. “Al momento de constatarse que se violó la cuarentena y el DNU 297/20, debe tomarse huellas dactilares, notificarlo de que se le abre una causa penal y trasladarlo a su domicilio. Cualquier otra cosa es abuso de autoridad”, explicó a este diario una fuente judicial.
“El caso de Luciano en Bahía Blanca demuestra hasta qué grado puede llegar la brutalidad policial. La comisión de torturas y malos tratos policiales no es un caso único que, como venimos denunciando, presenta rasgos de sistematicidad”, expresó a PáginaI12 Roberto Cipriano, secretario de la CPM, que ya hizo varias denuncias al respecto ante el Ministerio de Seguridad y la Dirección General de Asuntos Internos de la Policía bonaerense. “Hicimos la denuncia por Luciano, y reclamamos la urgente intervención de la Justicia para sancionar a los responsables. Los sectores más vulnerables de la población que necesitan salir a la calle para comer son víctimas sistemáticas de esa persecución policial, y en el caso de Luciano se ve hasta qué punto puede llegar esa bestialidad, solo por pasear a su perro enfermo, a metros de su casa, de manera arbitraria cometen este delito los agentes policiales”.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/259976-una-paliza-por-sacar-al-perro